Menos rectoras, menos catedráticas, menos doctoras, menos investigadoras y menos profesoras. Pero muchas más alumnas que alumnos.

El primer Diagnóstico de Igualdad entre Hombres y Mujeres que realiza la Universidad de Córdoba, presentado ayer por el rector, José Manuel Roldán Nogueras; la secretaria general de la UCO, Julia Angulo, y Rosario Mérida, directora de Igualdad e Innovación, puso ayer sobre la mesa que la incorporación de la mujer a esta institución solo se ha producido de forma consistente en las bases. Y es que aunque el número de alumnas que asisten a clase lleva años siendo superior al de alumnos, todo lo demás sigue estando desequilibrado a favor de los hombres. Empezando por las carreras técnicas como ingenierías y arquitectura, que contradicen la regla general y solo cuentan con un 21% de representación femenina. Y eso que los indicativos muestran que ellas son más constantes (la tasa de abandono de los estudios es más baja) y más brillantes (obtienen más premios fin de carrera y tienen una tasa de rendimiento más elevada, incluidas las que estudian ingenierías y arquitectura).

A partir de ahí, cabe señalar que la población femenina decrece a medida que se va subiendo en el escalafón de puestos de responsabilidad. Aunque el rector de la UCO, José Manuel Roldán, señaló que se trata de una tendencia que está cambiando, prueba de ello es que actualmente ya hay algunas mujeres catedráticas (30 frente a 161), lo cierto es que se trata de un proceso lento. Entre el profesorado, la proporción es de tres mujeres por cada siete hombres mientras en el ámbito de la investigación, de dos coordinadoras de grupos por cada ocho coordinadores.

En la Universidad, donde la dedicación es algo fundamental, la conciliación laboral es clave. Los datos señalan entonces el origen del problema. "Los permisos, excedencias y reducciones de jornada son solicitados casi exclusivamente por mujeres". La corresponsabilidad sigue siendo una meta.