"¿Y esto? ¿Baja pa'bajo o sube pa'rriba? , preguntaba al mediodía de ayer un usuario al conductor al subir al autobús de la línea 1 frente a San Lorenzo. Lo más sorprendente es que Juan Padilla, el abnegado y resignado conductor, se supone que entrenado después de horas de contestar consultas, entendió a la primera lo que le estaban preguntando. "Sí. Después de Las Tendillas bajamos hasta La Ribera, pero vuelve hacia San Lorenzo entrando por Puerta Nueva y sale otra vez al Alpargate".

Y es que dominar el idioma y tener un Diccionario Español--Aucorsa, Aucorsa--Español era algo que se agradecía ayer en el estreno de la nueva red de autobuses, y más en algunas líneas, como la 7, 4, 6, 9... o la propia línea 1.

"¿Esta línea cambia?", pregunté antes de subirme al bus. "Sí, ésta ya no llega a la parte baja de Fátima", me contestaron en la parada de Arcos de la Frontera dos señoras de edad que ya se sabían al dedillo los cambios. Daba envidia ver cómo hablaban de trasbordos y dominaban la nueva red. Otros usuarios, quizás con menos memoria, lo suplían con habilidad. "Yo esta mañana ya me subí y me hice la línea para ir conociéndola", decía a un acompañante un señor que daba la sensación de disfrutar descubriendo los cambios, algunos tan agradables como la reordenación de paradas en San Lorenzo.

Eso sí, a muchos las sorpresas no les gustan, sobre todo si les cuesta dinero, que fue lo que les pasó a los que iban hacia La Ribera y Levante y tuvieron que bajar en Claudio Marcelo, convertida en cabecera de la línea 1, pagando un segundo billete.

Curiosamente, y todo hay que decirlo, de lo que no hubo queja fue de la tardanza en llegar los autobuses, ya que la línea ha ganado en frecuencia. No es poco, que no molestar es el primer paso para agradar, aunque ya veremos si la nueva línea 1 termina agradando.