Esta semana ha ocurrido por segunda vez en este mandato municipal un acontecimiento extraño: la suspensión de un Pleno convocado con carácter extraordinario y urgente y su posterior aplazamiento hasta subsanar diversos defectos en el expediente que iba a someterse a la aprobación de los concejales. Esta vez ha sido la sesión convocada para tratar una proposición del teniente de alcalde de Urbanismo y Vivienda y presidente del Pleno, Luis Martín, relativa a la reestructuración de las sociedades municipales Proyectos de Córdoba Siglo XXI (Procórdoba) y Viviendas Municipales de Córdoba (Vimcorsa). En otras palabras, la fusión de ambas empresas. Hace unos meses, la Corporación fue convocada para analizar los gastos de la celebración de la Copa Davis en septiembre del 2011, y tampoco se celebró la sesión. En este segundo caso, todavía espera la oposición que se rindan las cuentas del acontecimiento deportivo.

En cuanto al asunto de la fusión de Procórdoba y Vimcosa, y para subsanar las carencias o deficiencias detectadas por los servicios técnicos en el expediente, el equipo de gobierno del PP ha trasladado esta convocatoria al próximo 27 de junio. Así dará tiempo a cumplir los requisitos legales y a que la oposición reciba la información necesaria para hacer su trabajo. Sin embargo, al leer la moción aparcada y llegar a la última página lo menos que produce es extrañeza, porque el documento está redactado y firmado por Martín el 24 de febrero de este año. Es decir, han pasado cuatro meses desde que se elaboró y ahora lo presentan por urgencias. Gastos aparte, dado que la celebración de un Pleno extraordinario le supone a las arcas municipales el pago de unos cientos de euros en dietas a varios concejales que no tienen su nómina en el Ayuntamiento, lo que resulta asombroso es que en cuatro meses no hayan podido completar el expediente e informar del mismo a los capitulares. Por lo visto, ese refrán que tanto oímos en la infancia de que "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" no es aplicable al caso que nos ocupa.

Pero hacen bien en retirar ese asunto y abortar el Pleno. Más vale así, y que no ocurra lo que le pasó al gobierno municipal de IU-PSOE en febrero del 2009 cuando el juez tumbó un acuerdo plenario tomado con urgencia por el que se aprobó el convenio de la ampliación del aeropuerto. Al final, una decisión mal tomada y unas carreras innecesarias supusieron retrasos y perjuicios para el administrado. Porque una cosa es la agilidad y otra la precipitación. Y otra más, la falta de eficiencia cuando no se presentan las cosas en condiciones. En este tema del aeropuerto, el juez anuló el acuerdo porque el expediente aprobado no contaba con el informe de la Intervención municipal y porque no se había justificado la urgencia de la sesión, las mismas carencias que se han detectado ahora.

Eso de las urgencias da para un tratado y para un amplio anecdotario, pues son el coladero de decisiones que se quieren tomar sin darles vueltas y también el espacio que cogen algunos ediles para poder hacer aportaciones a la vida municipal. Hace unos años, muchos porque el PP era entonces Alianza Popular (AP), una concejala de este partido presentó una moción por la vía de urgencias para que el Ayuntamiento declarara el 29 de junio fiesta local porque tal día como ese en 1236 las tropas de Fernando III El Santo tomaron Córdoba y expulsaron de la ciudad a los musulmanes que la habitaban. Tras el asombro inicial, y haciendo gala de unos reflejos encomiables, el entonces primer teniente de alcalde y delegado de Cultura, Dionisio Ortiz, replicó:

--Han tenido ustedes (dijo dirigiéndose a la bancada de AP) siete siglos para presentar esa moción, y lo hacen ahora por urgencias.

Tras semejante comentario demoledor, la moción quedó olvidada. Hasta hoy.