El tribunal popular conformado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba considera al ecuatoriano Carlos William T.M., de 30 años de edad, culpable del asesinato de su esposa, Johanna Marlene Ortiz, de la misma nacionalidad y de 29 años, a quien llevó a "un lugar inhóspito" para darle muerte, concretamente a un descampado cercano al polígono de La Torrecilla. La víctima "se encontraba confiada" y en situación de indefensión "absoluta", según dijo el portavoz del jurado durante la lectura ayer del objeto del veredicto.

El jurado da por sentado que la pareja pasaba por un mal momento ya que él mantenía una relación con otra joven y que a causa de una situación "cada vez más insostenible" decidió "acabar con la vida" de su esposa. El 15 de mayo del 2011 le pidió perdón y le propuso ir a cenar a un restaurante de la plaza de Andalucía y antes de salir de casa cogió "unos guantes de látex, con el fin de evitar huellas cuando le diera muerte, y un cuchillo". Después de la cena se dieron un paseo en coche por el camino pararelo al río hasta llegar tras la gasolinera de Arroyo de la Miel. Se bajaron del vehículo, aprovechando la oscuridad se puso los guantes y sacando el cuchillo de forma sorpresiva asestó a la joven una puñalada en el costado izquierdo, luego la agarró por detrás, le dio otras dos cuchilladas y la degolló.

A consecuencia del corte en la aorta, Johanna sufrió una cuantiosa hemorragia que le provocó la muerte de forma inmediata. El hecho de llevarla a ese lugar fue para "facilitar su impunidad y dar tiempo a su huida y preparar su coartada". Luego volvió a su domicilio --en la calle Algeciras del Sector Sur-- y lavó la ropa que llevaba. Este último hecho, junto a que al día siguiente limpiara el coche son considerados desfavorables por el jurado, lo mismo que un cambio en el seguro de vida para que la hipoteca quedara pagada en caso de la muerte de ella.

Como prueba de cargo admite el tribunal popular que "el análisis de los trozos de guante, los restos de sangre y genéticos" (ADN) de ambos demuestran que el acusado "estuvo en el lugar de los hechos". El procesado ha negado su participación en la muerte de su esposa.

La fiscalía ha solicitado veinte años de cárcel por un delito de asesinato, petición a la que se han adherido la acusación particular, el Abogado del Estado y la Junta de Andalucía, mientras que la defensa anunció que recurrirá. El magistrado dictará sentencia en unos días.