Es "lamentable" pero en demasiadas ocasiones mujeres "aterradas" después de haber sido víctimas de agresiones sexuales y físicas a manos de sus parejas se niegan a declarar en el juicio contra los acusados, dejando a los tribunales sin pruebas para condenarlos. La reflexión la hizo el fiscal en su informe final en el juicio celebrado ayer contra un acusado de violar, pegar y amenazar a su pareja sentimental. Ni este, ni la supuesta víctima, ni la testigo --madre del procesado-- quisieron declarar. La mujer, eso sí, aseguró que se trataba de una "decisión personal" y que no estaba coaccionada.

A pesar de ello, y "aunque conscientes de que no podemos sustentar con las pruebas que quisiéramos" el delito de agresión sexual y el de amenazas, el fiscal elevó a definitivas sus conclusiones, mantuvo su petición de pena de 13 años de prisión y sí que consideró suficientemente acreditado otro delito de lesiones. Para esto se apoyó en la declaración de los forenses, quienes aseguraron que la mujer "sufrió golpes y algún agarrón", que le apreciaron lesiones en diferentes partes del cuerpo --entre ellas una mordedura en un pecho-- y "síntomas de ansiedad, miedo, tristeza y angustia". Sin embargo, el abogado de la defensa, Marcos Santiago, pidió la absolución del acusado porque, dijo, no existe prueba de cargo.

Los hechos sobre los que la supuesta víctima no quiso declarar se habrían producido, según el fiscal, los días 23 y 24 de diciembre del 2011, en el domicilio en el que tenían una habitación alquilada y en el que también residía la madre de él. Una discusión por el volumen de la música terminó con el hombre insultando y golpeando a la mujer. Al día siguiente salieron de fiesta aunque ella no quería por estar dolorida. De vuelta, la insultó y la violó, intentándolo de nuevo más tarde, incluso llegó a golpearla y amenazó con matarla. La madre del acusado se percató de todo. Ayer, en el juicio, ninguno de los tres quiso declarar.