La amante de Carlos W.T., de 30 años y de nacionalidad ecuatoriana, acusado de matar a su mujer, con 29 años, cuyo cadáver fue encontrado degollado en un descampado cercano al Polígono Industrial de La Torrecilla, en Córdoba, en mayo de 2011, ha relatado este martes que ella le insistía para que dejara a su mujer, que, según su testimonio, Carlos le contó que sufrió malos tratos por parte de su esposa.

En la vista del juicio con jurado, que se celebra esta semana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba, la joven de 21 años e hija de una amiga del matrimonio ha indicado ante el juez que sabía que Carlos estaba casado, pero él le dijo que no tenía buena relación con su mujer y ante ello, Carlos le pidió "una relación estable", que pasó de ocultarlo ambos en un principio a pasear juntos en público, sin que a la amante le preocupara que pudiera ser vista por la mujer de Carlos.

En este sentido, según su declaración, Carlos le confesó que iba a dejar a su mujer, pero que le diera "un poco" de tiempo, concretamente le explicó que su esposa "se enfadaba mucho" y la relación "se iba complicando". Mientras, la amante asegura que se "impacientaba porque siguiera con ella", pero aún así "esperaba" a que pusiera fin a la relación, todo ello, sin dar ningún ultimátum.

No obstante, en febrero de 2011 Carlos y su amante dejaron la relación, aunque la retomaron dos semanas después. Durante todo este tiempo, la amante y la esposa mantuvieron una conversación a través de una red social, con un mensaje de la mujer de Carlos en el que "insultaba" a la joven, según ella.

En relación al día de autos, la amante ha comentado que Carlos le pidió que fuera con él a Madrid la madrugada del 15 de mayo para ver a su tío, porque "su mujer no quería ir con él", pese a que el acusado declaró este lunes que el viaje lo haría con su mujer. Además, el 13 de mayo, Carlos le dijo que iba a denunciar ante la Policía que su mujer le había maltratado, aunque él se encontraba "normal".

El 14 de mayo ambos se vieron por la mañana y por la noche recibió una llamada suya en la que le decía que había discutido con su mujer y él "se había encerrado en el armario llorando". Sin embargo, la amante le pidió verlo, pero le dijo que "no podía", cuando en otros momentos sí accedía a las peticiones, según ella.

Así, a las 2,40 horas recibió una llamada de Carlos en la que le dijo que su mujer "no aparecía" y que "se iba a ir con ella --su esposa-- a Madrid", cuando le había dicho a la amante que iría con ella a Madrid; al tiempo que Carlos le contó que su mujer le dijo esa noche que fueran a Ciudad Jardín para "demostrar qué tipo de mujer era" la joven.

"PREOCUPADO Y NERVIOSO"

Minutos después se vieron Carlos y la joven, momento en el que lo notó "inquieto, preocupado y nervioso", además de decirle "que estaba loco" por poner una lavadora de madrugada. Pasaron las horas y su mujer no aparecía, después de buscarla en distintos puntos de la ciudad, excepto en el camino en el que los investigadores hallaron el cadáver, y al que no quiso entrar él cuando la joven le propuso buscar.

De igual modo, en la mañana del 15 de mayo, según cuenta la amante, ambos quedaron y se cruzaron con agentes de la Policía, momento en el que ella le sugirió preguntar por la desaparición, pero él le dijo que no, que "luego" irían, actitud que a ella no le "extrañó".

Después de que Carlos fuera detenido ese día e ingresara en prisión, la joven habló en un par de ocasiones con él, aunque "nunca" le ha reconocido que supuestamente mató a su mujer. Además, declara que ella ha recibido amenazas de muerte por parte de la familia de la víctima.

"GRITOS DESGARRADORES"

En la sesión también ha declarado un testigo, que ha relatado que sobre las 2,00 horas del 15 de mayo escuchó "gritos desgarradores", procedentes, según él, de la orilla del río Guadalquivir, donde se encuentra el camino en el que apareció el cadáver. Además, otro testigo, que trabaja en la zona, escuchó a la 1,00 horas como unos perros ladraban, pero no vio nada, al encontrarse a oscuras el sitio.

Por otra parte, un agente que realizó la inspección ocular ha contado como apareció el cadáver, con los trozos de guantes de látex, en los que tras analizarlos, los investigadores hallaron restos genéticos de Carlos y su mujer, además de sangre de ella; mientras que uno de los agentes que interrogó al presunto asesino al principio le notó "seguridad" al contar su relato, pero tras varias preguntas se empezó a poner "nervioso" y cayó en "contradicciones" de su versión.

Mientras, Carlos ha negado este lunes que cometiera los hechos y dice que no tiene conocimiento de quién pudo asesinar a su esposa, a la que le planteó el divorcio días antes del suceso mortal, pues mantenía la otra relación.

PENA DE 20 AÑOS DE PRISIÓN

El fiscal solicita una pena de 20 años de prisión para el acusado por la supuesta comisión de un delito de asesinato con la agravante de la circunstancia de parentesco y aprovechamiento del lugar y tiempo, según recoge el escrito de acusación fiscal, en el que también se solicita 145.000 euros de indemnización para la madre de la víctima, a la que supuestamente mató después de cambiar un seguro de vida para que a su muerte quedara abonada la hipoteca del piso que compartían.

En concreto, el acusado mantenía un relación con su mujer, J.M.O.O., aproximadamente desde el año 1996 cuando se conocieron en Ecuador. En febrero de 2002 Carlos llegó a España y se instaló en Córdoba mientras que su mujer llegó en diciembre de ese mismo año.

Desde el año 2002 hasta la fecha de los hechos, el 15 de mayo de 2011, Carlos y su mujer convivieron en el mismo domicilio, propiedad de ambos, en una relación sentimental "aparentemente normal", si bien en el mes de noviembre de 2010 Carlos supuestamente comenzó una relación con otra mujer, J.K.I.J., manteniendo ambas relaciones con "tranquilidad", según el procesado.

Sin embargo, en febrero de 2011 su mujer tuvo "sospechas de la existencia de una tercera persona" y supo quién se trataba, por lo que "desde entonces la relación con Carlos se fue deteriorando", incluso "hablaron de separarse, aunque decidieron continuar la convivencia ya que no tenían medios suficientes para subsistir por separado".

No obstante, a principios de abril de 2011, Carlos, "consciente de que era muy complicado romper la relación con su mujer y empezar una nueva vida" con la otra mujer, "decidió terminar con la vida" de J.M.O.O. y "comenzó a planificar el mejor modo de llevarlo a cabo".

DÍA DE AUTOS

El día 14 de mayo, el acusado y su mujer supuestamente tuvieron una discusión, si bien posteriormente cenaron juntos en un restaurante de la capital sobre las 22,30 horas, aunque "antes de salir de casa, cogió un par de guantes de látex con el fin de evitar huellas cuando le diera muerte y un cuchillo de 20 centímetros que debió esconder en el coche".

Ambos estuvieron en el restaurante hasta las 0,15 horas del 15 de mayo y tras salir del local, el acusado, "con el fin de consumar su acción criminal", le dijo a su mujer que "fuesen a dar una vuelta". Así, "con la finalidad de encontrar un sitio apartado con el que culminar con éxito su propósito", llevó a la víctima en su coche hacia un camino paralelo al río Guadalquivir, hasta llegar a "una zona oscura, tranquila y alejada" y se bajaron del vehículo en torno a las 1,00 horas.

En este momento, el procesado "aprovechó para esconder entre sus ropas el cuchillo y coger los guantes de látex que llevaba preparados" y, según detalla el fiscal, "aprovechando la oscuridad de la zona, Carlos se puso los guantes y sacando el cuchillo" supuestamente llegó a asestarle cuatro puñaladas, con una de las cuales degolló a la víctima, y falleció de manera "inmediata".