--Entre su faceta de magistrado y de enseñante, ¿qué tiempo le quedaba para disfrutar de Córdoba?

--Siempre me ha gustado mucho recorrer los barrios de Córdoba cuando tenía mis pies en forma, sobre todo los domingos, junto a mi hijo. Soy de tabernas y de la tertulia que se genera en las mismas, en las que se habla de lo divino y lo humano y se comenta la actualidad. Me ha gustado mucho la taberna Salinas y ahora frecuento bastante la taberna El Olivo. En la actualidad estoy escribiendo un libro sobre las tabernas cordobesas. La filosofía de mi libro es hacer un estudio serio y sociológico sobre las tabernas cordobesas. Analizo la historia de estos recintos, deteniéndome en su decoración, enclaves y personas que trabajan o frecuentan los mismos (taberneros y clientes).

--Esta no es su primera aventura bibliográfica.

--No. También he escrito un libro de Derecho, sobre el monitorio antiguo, y mis publicaciones más conocidas son Crónica negra de la historia de Córdoba. Antología del crimen y Crónica negra de la provincia de Córdoba , escritos ambos junto a José Cruz y prologados respectivamente por el historiador José Manuel Cuenca Toribio y el escritor Carmelo Casaño. A José Cruz lo conocía de la taberna Salinas y me propuso que le ayudara con estos libros, que tuvieron mucho éxito. Me encargaba de buscar las sentencias archivadas en la biblioteca de la Audiencia, con ayuda del funcionario Francisco del Rosal. Además, tengo en mente un tercer tomo que se llamaría Crónica negra de Andalucía .

--¿Qué barrios le gustan más de Córdoba?

--Cuando te adentras en San Pablo y también la zona de la Magdalena. En realidad, de Córdoba me gusta todo, hasta lo malo.

--¿Cómo pasa ahora un día cualquiera?

--Me suelo levantar tarde y estoy viendo un rato la tele. Después me siento en mi despacho y leo los periódicos. Me pongo a trabajar con el ordenador y en la actualidad estoy analizando la información que he encontrado sobre las tabernas griegas y fenicias. Me voy a las 13.30 o 14.00 horas a mi tertulia en la taberna El Olivo y allí estoy hasta las 3 o así que vuelvo a casa. En cuanto al vino, me gusta el de la denominación Montilla-Moriles. Ahora tengo tiempo de ver casi todos los días una película, sobre todo de cine bélico que son las que más me agradan. En otras ocasiones voy con mi mujer a la taberna Salinas con otros matrimonios.

--¿Le gustan los libros sobre la historia y cultura de Córdoba?

--Sí, el último, la Córdoba insólita , de Francisco Solano Márquez. No nos damos cuenta los cordobeses que hemos tenido a los romanos, árabes y judíos y de ahí ha salido una raza nueva, que es el cordobés, que es alguien que vive con un sustrato espiritual, que no existe en ninguna otra ciudad. Y la taberna es una parte de ese sustrato.

--¿Cree que muchos recintos han hecho un uso indebido del término taberna para hacerse un nombre?

--La taberna clásica hay que mantenerla y, aunque pueda estar en crisis, se puede recomponer y seguir existiendo.