Cuando Blanca empezaba a reponerse de su peor momento, decidió comprarse una cámara y hacer fotos. "Nunca pensé dedicarme a esto, pero empecé a aprender y me gustó cada vez más", afirma. Aunque a día de hoy sigue haciendo mucho reposo, se permite una sesión de fotos al mes. "Acabo destrozada porque se me carga la espalda, pero disfruto mucho", confiesa, "sobre todo buscando expresiones, estilismos, creando escenarios, no me gusta quedarme con la primera foto, lo que me atrae es buscar". Fruto de su nueva pasión, hace unos días inauguró en El Raspón una exposición titulada 'Renacer' (no hace falta explicación) con 23 de sus obras fotográficas de nombres tan sugerentes como 'Destino', 'La vie en rouge' o 'Soledad'.