El sector agrario, entre tantas adversidades e incertidumbres, puede agradecer que un proyecto como Agrópolis piense en la industria alimentaria como futuro del desarrollo de la provincia y no como pasado, como siempre sucede cuando se habla del campo. También hay que valorar que Agrópolis nazca sin maqueta, con lo que esto supone de ahorro en tiempo y dinero. Solo hay que desear que, como advirtió Arias Cañete, no acabe como el proyecto de Jerez.