El presidente de la sección tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a 17 años y seis meses de prisión a S.C.R., a quien un juzgado popular consideró la semana pasada culpable de la muerte de una mujer en la barriada del Cerro de la capital cordobesa en abril del 2010, según Europa Press .

La sentencia recoge como probado que el procesado conoció a la víctima, adicta a las drogas, en la calle Rey Don Pelayo y comenzaron una relación "no exenta de cierta afectividad". El conseguía servicios sexuales a cambio de dinero y ella pernoctaba algunos días en su casa. La relación era tormentosa y entre el día 6 y 8 de abril del 2010 se produjo una fuerte discusión en la que ella le insultó. C.S.R., de 70 años, agarró un cuchillo de la cocina y un hocino y comenzó a propinarle golpes y pinchazos, hasta 91, en cara, abdomen, cuello y extremidades, que le produjeron una fuerte hemorragia y después, la muerte.

Según el jurado, el acusado "se valió" de la superioridad física que le otorgaba el cuchillo y el hocino, a la vez que estiman que el encausado sufría un cuadro depresivo y de abuso del alcohol que le provocaba un trastorno cognitivo leve, pero no le impedía "conocer plenamente el alcance y sentido de sus actos". Así mismo, creen que por su aislamiento y marginalidad social "sufre desde la infancia cierto trastorno que no altera la conciencia".

La fiscalía solicitó 18 años de cárcel, medida a la que su sumó la Junta de Andalucía, mientras que la acusación particular elevó la condena a 20 años de prisión.

La defensa ha anunciado su intención de recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para pedir una condena por delito de homicidio con agravante de abuso de superioridad, con lo que espera que le reduzcan la pena unos cinco años.

El abogado confía en que admitan una atenuante o eximente por trastorno mental de su cliente en el momento de los hechos, en los que, a su juicio, "no hubo ensañamiento", puesto que "ninguna de las 91 puñaladas fue mortal", sino que la víctima se desangró por la cantidad de los golpes con el cuchillo y el hocino.