"La operación ha salido bien". Visiblemente nerviosa y deseando ver a su hijo, Coral Cortés, la madre de los dos hermanos de Jaén que están en el hospital Reina Sofía para ser intervenidos de sus respectivas dolencias cardiacas, comentaba el resultado de la operación a este diario justo después de que hubiera acabado. El pequeño Fernando, de 9 meses, entró en quirófano ayer poco antes de las 8.30 horas y salió cerca de las 16.00 horas, después de una compleja intervención que pretende ser el inicio del tratamiento para curar la grave enfermedad que padece, tretalogía de Fallop. Esta patología le ha obligado a permanecer conectado las 24 horas a una bomba de oxígeno y a tener en la muñeca un pulsioxímetro. Precisamente, con la operación de ayer se persigue que el menor pueda respirar sin la necesidad de una máquina. Un amplio equipo de expertos profesionales, entre cirujanos cardiovasculares y otros especialistas, del Reina Sofía fue el encargado de llevar a cabo la intervención. El hospital cordobés es centro de referencia andaluz para el abordaje de cardiopatías congénitas.

Fernando, después de pasar por el área de Reanimación, quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Pediátrica del hospital Materno Infantil, área en la que permanecerá hasta que se recupere y pueda pasar a planta de hospitalización. Su hermano José también está previsto que sea intervenido en el mismo centro el próximo lunes. José, de 3 años, padece una CIA (comunicación interauricular), un defecto cardiaco congénito en la pared muscular que separa las dos aurículas. Los abuelos maternos de los niños, Mari y Fernando, así como tíos de los menores y otros familiares de los niños se han desplazado desde Tarragona y desde varios puntos del país para arropar a Coral y a su marido José durante el tiempo que permanecerán con sus dos hijos en el Reina Sofía. Aunque Fernando fue operado ayer con éxito, puede que en el futuro vuelva a tener que pasar por el quirófano cuando pasen los años, como explica su madre.