La celebración en el 2010 del 50 aniversario de la cadena de electrodomésticos Urende no pudo ser más triste. Arrastrada por la crisis económica y la creciente deuda del Grupo Sánchez-Ramade, la sociedad comenzó a transmitir síntomas de agotamiento. Pese a que en octubre de ese año abrió su vigésimo quinto establecimiento (Jerez), las noticias adversas empezaron a aparecer. Meses antes, la Junta autorizó un préstamo de 12 millones para que, oficialmente se dijo eso, la firma desarrollase su plan estratégico de mercado, garantizara su plantilla (920 empleados) y continuara su crecimiento. Pero la realidad era otra muy distinta, tal y como se constataría a partir del 2011, el año en el que comenzó a romperse la cadena. Pendiente de un ERE que reducirá su plantilla a un centenar de empleados tras decidir dejar abiertas solo cuatro tiendas (Aeropuerto, Granada, Jaén y Ciudad Real), la sociedad se encuentra pendiente de un concurso de acreedores.

EL CONCURSO

1.200 acreedores y más de 230 millones de deuda

Un auto del juez de lo Mercantil, Fernando Caballero, autorizó el concurso de acreedores el pasado 19 de septiembre. La empresa no había podido llegar a un acuerdo con sus acreedores durante el preconcurso y se abría así una serie de plazos que han confirmado el activo y el pasivo, aproximado, de la cadena de electrodomésticos. Fuentes consultadas por este periódico han señalado que la deuda de Urende asciende a 232 millones de euros, superando los 211 que declaró la compañía al acogerse al concurso. La mayor parte, 128 millones, corresponden a empresas del Grupo Sánchez-Ramade. Este crédito se ha declarado subordinado, por lo que sería lo último en pagarse. Los créditos privilegiados se asignan a trabajadores, banca y administraciones, ascendiendo la cuantía a 44 millones. Las mismas fuentes explicaron que el débito ordinario a proveedores y plantilla es de 58 millones. En el informe de los administradores judiciales, que llegó al juzgado el 21 de diciembre, el patrimonio declarado es de 161 millones de euros. Para el mes de febrero se espera disponer del informe con los incidentes concursales, lo que definirá el pasivo real que tiene la empresa. Todos los acreedores tendrán 10 días para presentar sus incidentes desde que se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cuestión que aún no ha sucedido. Los plazos para la resolución del concurso dependerán de este número de incidentes.

EL ERE

El próximomartes se espera cerrar

Las navidades que han pasado los trabajadores de Urende no se las desean a nadie. Inmersos en la incertidumbre, algunos sin cobrar las prestaciones sociales, como ha sucedido en Sevilla o en Valencia, mañana se espera cerrar las consultas entre los empleados de los distintos centros. Será el martes cuando habrá una nueva reunión entre los delegados de la plantilla y la empresa para conocer la decisión que se ha adoptado ante la propuesta de ERE. En el expediente se contempla que los cerca de setecientos empleados que tiene en la actualidad solo queden en poco más de cien. La propuesta fija que los contratados que abandonen Urende recibirán 20 días por año de trabajo, aunque la negociación para mejorar las condiciones de los que se ven obligados a dejar la empresa aún no se ha cerrado. Desde los sindicatos se insiste en que hay que tratar de llegar a la mejor solución para los trabajadores que se marchan y para los que se queden, aunque son conscientes de las dificultades en las que se encuentra Urende. "La realidad es la que hay", dicen desde CCOO, mientras en UGT se advierte de que si no se hace el ajuste la empresa iría directa a la liquidación.

EL GRUPO

La crisis de Noriega y la venta de activos

La crisis de Urende está relacionada con la asfixia económica que ha afectado al Grupo Sánchez-Ramade, sobre todo por la importante deuda de su división de construcción. Este área entró en concurso de acreedores en noviembre del 2010 y afecta a siete sociedades: Noriega SL, Edificación y Obra Civil, Noriega de Arrendamientos, Colombina de Arrendamientos, Andaluza de Arrendamientos, Renta Locales y Fomento de Obras Extremeñas. La deuda asciende a 1.158,4 millones, aunque a este dinero se pueden sumar unos 430 millones más de débito contingente. El pasivo de 1.158,4 millones también está pendiente de confirmarse una vez que se resuelvan los 251 incidentes concursales. El gran problema planteado para este concurso es la dilatación que está suponiendo la resolución de los incidentes, por lo que se incorporó un magistrado de refuerzo que estará hasta abril. El juzgado de lo Mercantil espera que en el segundo semestre se pueda convocar la junta de acreedores. Más de 2.400 personas físicas o jurídicas reclaman deudas. En este tiempo, el grupo se ha desprendido de dos empresas. A finales del 2010 cedió Diasa al grupo estadounidense Arrow Electronics y en febrero del 2011 hizo lo mismo con Diasoft, que fue adquirida por Novasoft. Aunque llegó a un preacuerdo con Cineworld para vender Cinesur, se rompió en septiembre.

EL FINAL

Incertidumbre en la carretera del Aeropuerto

Pocos clientes se acercan a la tienda de Urende en la avenida del Aeropuerto, la última que queda en Córdoba, cuando llegó a contar con una decena de establecimientos en la provincia. Los sindicatos hicieron un llamamiento hace unas semanas para que se abasteciera de productos, pero solo llegaron electrodomésticos de gama blanca y no aquellos más demandados para las fiestas navideñas (informática y audiovisual). El acuerdo con una empresa del sector que adquiriera Urende no se ha producido por las dificultades bancarias que surgieron. A esto se unió la venta a finales de diciembre de su centro logístico. La última esperanza del poco más del centenar de trabajadores que quedarían en las cuatro tiendas que se mantendrán, junto a los de las oficinas centrales, es que se apruebe el martes el expediente de regulación de empleo y este reajuste permita hacer viable la empresa.