La negociación entre los representantes de la empresa Urende y los trabajadores continuó ayer, aunque no será hasta el lunes cuando se cierre la ronda de consultas en los distintos centros para aceptar o rechazar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que prevé la reducción de unos 592 trabajadores y el mantenimiento de solo cuatro tiendas, además de las oficinas centrales. Durante la reunión, que se inició a las 10.00 horas y no finalizó hasta avanzada la tarde, los trabajadores pudieron conocer la realidad financiera de la empresa, que tiene una deuda de 232 millones de euros y unos 1.200 acreedores. La propuesta para los cerca de 600 empleados que abandonarían la cadena de electrodomésticos del Grupo Sánchez-Ramade sería de 20 días por año trabajado, aunque en la negociación existen aún cuestiones por cerrar que buscan mejorar las condiciones de los empleados que dejarán la sociedad.

La empresa ha citado a los representantes de los trabajadores el próximo martes, a las 8.00 horas, para que entonces se comunique el resultado de las votaciones a la propuesta del ERE y comprobar si se produce con aceptación de la plantilla. En la reunión de ayer se comunicó que el citado expediente se espera presentar la próxima semana ante la administración laboral, pues el 8 de febrero finaliza el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que está en vigor y que afecta a 390 empleados. La propuesta de ERE prevé el mantenimiento de unos 100 o 110 empleos en las tiendas de la carretera del Aeropuerto (Córdoba), Ciudad Real, Granada y Jaén, además de los previstos en las oficinas centrales. UGT y CCOO reiteraron ayer las dificultades en las que se encuentra Urende y la necesidad de que se llegue al mejor acuerdo, tanto para los que tendrían que abandonar la cadena como los que se quedarían. "Que la empresa despida a 592 personas no es positivo, porque querríamos mantener el máximo de trabajadores, pero la realidad es la que hay", dijo Francisco Ramírez (CCOO). "Es triste lo que está sucediendo en Córdoba. Antes luchábamos por salvar unos 400 puestos, pero viendo la realidad hemos visto que si no se hace el reajuste terminaría en liquidación", señaló José Parrado (UGT).