ANTONIO JIMENEZ, FUNDADOR DE DAFISA: "La fibra es nuestro oro blanco"

--Su empresa se inició con la producción y distribución de semillas. ¿Cuál es el volumen aproximado que distribuye Dafisa?

--Este año hemos producido 10.000 toneladas entre trigo duro y blando (en Andalucía se producen unas 60.000) por lo que somos los mayores productores de la comunidad andaluza de semillas certificadas por la Administración, lo que supone una serie de controles, desde la siembra hasta inspecciones que dan fe de su pureza, germinación y que corresponden a la variedad.

--Me imagino que para conseguir esos requisitos cuentan con una serie de elementos y personal. ¿Cómo realizan los controles necesarios sobre su producción?

--Tenemos un laboratorio especializado y al frente está una doctora bióloga, contamos con dos ingenieros agrónomos y un ingeniero técnico agrícola. Tenemos un personal muy joven, pero están todos muy cualificados.

--¿A qué países principalmente exportan ustedes la producción de esta empresa?

--En cereales y algodón, vendemos a Portugal y Grecia, porque las semillas solo se pueden enviar a países que tengan tu misma latitud.

--Parece ser que el cultivo de algodón volverá a ser el 'oro blanco' en esta campaña, gracias a los altos precios mundiales tras el tirón alcanzado por la industria textil China. ¿Es ésta la actividad más rentable de su empresa?

--Sí, pero permítame que haga una consideración. Hace seis años había en Andalucía 29 industrias dedicadas al algodón, pero ante la gran crisis que existía, la Unión Europea adoptó bonificar el cierre de plantas algodoneras. Al proyecto se acogieron 22 fábricas, quedando en pie solo siete. Yo había trabajado ya con mi padre en el algodón, y en plena crisis impliqué a mis socios a montar una nueva línea de producción de balas de fibra de algodón. La verdad es que pasamos cuatro años muy malos, pero sorprendentemente el consumo de fibra subió poderosamente al aumentar anualmente casi un 4,5% en los países emergentes que comenzaron a consumir grandes cantidades de ropa, y China, el mayor consumidor mundial de fibra de algodón, se quedó sin materia prima. Actualmente en el valle del Guadalquivir el cultivo en regadío más rentable es el algodón, cuando hace cinco año estaba absolutamente muerto, y las siete industrias que sobrevivimos estamos totalmente operativas y en pleno funcionamiento.

--¿Cuál es el proceso que realizan en su fábrica con el algodón?

--Recibimos la materia prima directamente de los agricultores. Tras una limpieza, la convertimos en fibra, empacamos y comercializamos a las hilaturas, que son las que hacen las bobinas de hilo. España, sobre todo Cataluña y Galicia, tenía una floreciente industria textil en los años 40 y 50, pero ésta desapareció completamente y muchos de los industriales de marcas conocidas se trasladaron a China, donde tienen su producción, aunque el diseño de la ropa se haga en nuestro país.

--Otra de sus actividades es la producción de aceite de oliva, aunque el sector cierra el año con pocas operaciones y una severa crisis de precios. ¿Cómo enfocan las estrategias comerciales para poder obtener alguna rentabilidad?

--El precio del aceite no tiene repunte alguno. Ahora no existe margen desde el productor hasta el consumidor. El aceite prácticamente se produce a coste, se transforma al costo y se envasa del mismo modo, llegando a las grandes superficies al precio del campo. Decidimos construir la almazara hace cuatro años, cuando el sector estaba relativamente bien. A pesar de la crisis somos muy agraciados, ya que tenemos trabajo todos los años y eso es muy importante. Exportamos aceite a Alemania, Taiwán, Japón, China y otros países.

--¿Cuántos empleados tienen?

--Como trabajamos en campañas, aunque el personal fijo de la empresa somos 14, llegamos a tener picos de hasta 65 trabajadores.

--¿Cuál es el volumen de facturación de su empresa y qué extensión de terreno tienen para seguir creciendo?

--El año pasado facturamos 21,5 millones de euros y la estimación para este es de 23. Disponemos actualmente de 63.000 metros cuadrados en este macro polígono de La Carlota, de los que tenemos construidos 42.000, entre oficinas, laboratorio, naves y patios. Recientemente hemos ampliado las tres industrias y tenemos un par de proyectos vinculados al sector agrícola, para seguir creciendo en un futuro próximo.