La recogida de la aceituna era hasta hace pocos años la labor agraria que demandaba más mano de obra femenina. Las cuadrillas estaban integradas en más de un 70% por mujeres. Eran otros tiempos en los que era habitual iniciar la campaña tras el puente de la Inmaculada, cuando una gran parte de la aceituna ya se encontraba en el suelo y se requería más mano de obra. Entonces era la mujer la que, fundamentalmente, recogía el fruto caído a la tierra. No hay que remontarse mucho en el calendario. Esta situación era todavía habitual en la campaña 2006/2007. Aunque ya se habían implantado los primeros vibradores de mochila y comenzaba a anticiparse esta labor agraria, aún resultaba rentable coger la aceituna del suelo porque los precios del aceite lo hacían rentable (el precio medio del virgen extra estaba en 2,58 euros). Entre los meses de noviembre del 2006 y febrero del 2007 se hicieron en la provincia 86.456 contratos en la agricultura, coincidiendo con los meses que se generan más trabajo por la aceituna y la naranja. La importancia de la mujer en los tajos era, todavía, significativa. De esos 86.456 contratos, 54.184 se hicieron a mujeres, frente a 49.711 que firmaron hombres. En la campaña siguiente (2007/2008) aún se mantuvo la proporción, aunque ya se acortaron las diferencias. Sería a partir de ese 2008 cuando se advirtió el cambio de tendencia. La crisis dejó en el paro a un importante número de trabajadores cordobeses de la construcción, que se incorporaron como demandantes a los tajos de la provincia. A esto se unió la progresiva caída del precio del aceite de oliva y la decisión de muchos empresarios de ajustar los costes de producción reduciendo los contratos. Una de las soluciones por la que optaron muchos propietarios fue adelantar la recogida para evitar que la aceituna cayera al suelo y fuera necesario una mayor inversión en jornales. Entre los meses de noviembre del 2008 y febrero del 2009 se registraron 87.578 jornales, de los que el 68% fueron para hombres. Las dos campañas siguientes se ha acentuado la demanda de hombres en perjuicio de la contratación a mujeres. En la última campaña cerrada (2010-2011) se había confirmado definitivamente el cambio de tendencia. En el periodo analizado (noviembre-febrero) se hicieron 112.213 contratos, de los que solo 43.831 fueron para mujeres. En solo cuatro años se ha producido un descenso de contratos del 19,1%, mientras que en los hombres ha crecido un 37,5%. La situación se mantiene en este año. En octubre y noviembre se hicieron 30.057 contratos a hombres y solo 15.251 a mujeres.