A poco más de diez meses para que prescriba el crimen, la familia de Soledad Donoso, cuyo cadáver apareció cerca del río Guadalquivir en septiembre de 1992, ha acudido a los tribunales para que se reabra la investigación y se determine en qué circunstancias murió esta joven que en aquel momento contaba con 18 años de edad.

El abogado Javier Fernández y el criminólogo Félix Ríos, que trabajan desinteresadamente, han planteado revisar todas las pruebas que se efectuaron en su momento y volver a practicar aquellas en las que se puedan aplicar nuevas tecnologías. Además, solicitan que se interrogue de nuevo a los testigos. Para recabar más pruebas y testimonios, la familia ha habilitado un número de teléfono (652182069) en el que no se pedirá la identificación de los comunicantes.

Como se recordará, el 28 de septiembre de 1992 esta joven salió sobre las 17.45 horas de su casa camino del trabajo, una pizzería de la avenida de Barcelona a la que nunca llegó. Tenía que haber estado a las 18.00 horas en su puesto de trabajo, pero su cuerpo fue encontrado 14 días más tarde desmembrado a la orilla del Guadalquivir, en la Huerta del Arenal, por un hombre que estaba cazando pajaritos. La autopsia señaló que pudo morir el mismo día de su desaparición, pero no pudo determinar la causa del desmembramiento que presentaba.

La Policía comenzó a investigar su círculo cercano en esos 14 días y una semana después se detuvo a un joven que negó conocerla, aunque su número de teléfono estaba en la agenda de Soledad. Quedó en libertad.

Las diligencias las llevó el juzgado de Instrucción número siete de Córdoba y los distintos recursos acabaron en la sección tercera de la Audiencia. Los casos de homicidio o asesinato no permanecen abiertos durante los 20 años que contempla la ley, sino que se archivan mientras no halla nuevas pruebas. El letrado y el criminólogo esperan que de estas actuaciones arrojen luz sobre este crimen.