41 días. El tiempo que ha transcurrido desde que los pequeños Ruth y José desaparecieron, literalmente, del mapa, provoca un lento y agónico desgaste en la familia materna de los niños, que opta por seguir los acontecimientos desde la lejanía, desde Huelva, y solo viajar a la capital cordobesa en caso de que sea estrictamente necesario. A pesar de todo, Ruth Ortiz continúa aferrándose a una única hipótesis: que sus hijos están retenidos, que siguen vivos, que volverán a casa.

El testimonio que ofrecieron los familiares de José Bretón ante el juez instructor de la causa, en la que ratificaron al pie de la letra la versión del padre de los pequeños --por lo tanto, exculpándole--, no ha aportado ningún dato relevante para dar con el paradero de los hermanos desaparecidos, pero ha sido un soplo de esperanza para la familia materna. Especialmente, porque los familiares manifestaron su creencia de que los niños "siguen vivos".

Esther Chaves, portavoz de Ruth Ortiz, manifestó ayer que, tras las declaraciones judiciales, la familia sigue dando prioridad a la búsqueda de los niños. Sin entrar a valorar la comparecencia de los familiares, Chaves se limitó a decir que la madre "sigue confiando en que los niños volverán a casa, y solo se preocupa por si están pasando hambre, o si estarán bien abrigados".

En cuanto a la personación en la causa, Chaves señaló que la letrada que representa a la madre no acudió al juzgado, y reiteró en este punto que Ruth Ortiz no se persona "como acusación particular", sino solo para "conocer las actuaciones". No quiso confirmar si han tenido acceso al expediente.

Asimismo, insistió en que la familia materna sigue confiando en el trabajo "impecable e incansable" que están haciendo tanto los agentes del Cuerpo Nacional de Policía como el juez, motivo por el cual aseguraron que no se ha planteado la posibilidad de contratar investigadores privados.