El número de personas adictas al consumo de alcohol sigue subiendo. Según datos de Acali, que coinciden con los que maneja la Delegación de Igualdad y Bienestar Social, cada vez son más los cordobeses que demandan ayuda para abandonar el consumo de esta sustancia, que entre los jóvenes, suele darse en combinación con otras sustancias como la cocaína.

El presidente de la asociación Acali, José María López, alertó ayer, Día Mundial Sin Alcohol, sobre el aumento del alcoholismo entre las mujeres, que ya suponen en torno a un 20% de las pacientes atendidas, si bien se estima que son más las afectadas, ya que "a la mujer le cuesta más pedir ayuda, ya que vive su adicción de forma distinta al hombre y suele beber sola en casa y no en el bar, salvo que sea muy joven". En ese caso, el consumo de chicos y chicas se equipara. "La mujer se ha igualado con el hombre en todo, también en las adicciones, lo malo es que el efecto que tiene el consumo de alcohol en la salud de las mujeres es mucho más perjudicial que en la de los hombres", señala López, que afirma que "en torno a un 10% de la población tiene problemas de alcoholismo".

Aunque el perfil del alcohólico es muy heterogéneo, según el presidente de Acali, "la crisis está incidiendo en el aumento de los casos, ya que hay muchas personas que, al perder el empleo, caen en depresión y recurren al consumo de esta y otras sustancias con la idea de olvidar sus problemas". El resultado, sin embargo, es que los problemas se multiplican. "Los pacientes llegan pidiendo ayuda cuando su situación es dramática", explica. De ahí que la recomendación sea pedir ayuda ante los primeros síntomas. "El alcoholismo es una enfermedad crónica que se consigue controlar en un 80% de los casos, así que cuanto antes se trate, mejor para el enfermo".

En lo que va de año, según fuentes de Igualdad y Bienestar Social, los centros de tratamiento ambulatorio han atendido 1.131 consultas relacionadas con el consumo de alcohol, que "comienza en torno a los 16 años". En cuanto al perfil de estudios de los enfermos, el 80% de los atendidos tenía estudios primarios frente a un 7,5% de personas con estudios de bachiller o formación profesional y un 7% de universitarios.

En lo que a prevención se refiere, Acali recalca que "sería fundamental evitar el bombardeo publicitario que muestra la bebida como algo guay ".