--En el 2008 se vendieron en Córdoba 13.926 vehículos; en el 2009 fueron 12.229 y el año pasado, 11.333 turismos. ¿Cómo afronta este panorama?

--A pesar de la caída del consumo, hemos recuperado cuota de mercado en las marcas Renault y Dacia y nos movemos en similares cifras a las del 2010 en cuanto a ventas de vehículos nuevos. En lo que se refiere a reparaciones, en nuestros talleres estamos también repitiendo cifras, sin tener que haber hecho ningún tipo de regulación de empleo.

--¿Ha tenido que bajar mucho el margen de beneficio para poder hacer frente a la crisis actual?

--Los márgenes de ventas y reparación los hemos tenido que ajustar a las circunstancias del mercado actual. Hemos bajado los márgenes para no perder cifras de negocio y mantener los puestos de trabajo.

--Renault Mezquita Motor ha recibido un premio internacional al mejor concesionario de España.

--Cuando ya había crisis, en el 2008, hicimos la inversión más grande de mi trayectoria empresarial y remodelamos todas las instalaciones, que es modélica en cuanto a estándares establecidos por la marca y también en espacio. Hemos conseguido con ello proporcionar una imagen de modernidad, acompañada con el cambio filosófico de ofrecer un mejor servicio. Ya en el 2006 habíamos ganado este mismo premio y lo revalidamos en el 2010. También ganamos en el 2010 el premio a la excelencia al mejor concesionario de España Nissan. Y este año estamos posicionados para aspirar a un premio aún más importante con Mezquita Motor, que mide, además de la calidad, las ventas, estado financiero..., y estamos en la puerta de conseguirlo.

--¿En la actualidad, que se vende más, el vehículo nuevo o el usado?

--Con la introducción de la marca Dacia, que proporciona unos precios más asequibles, se ha crecido en esa cuota de mercado. En vehículos de ocasión hemos incrementado las cifras cerca de un 30%, lo que compensa la caída de ventas en otros sectores. Los resultados económicos no son los que teníamos en años anteriores. Sin embargo, me doy por satisfecho, teniendo en cuenta que, en un sector en crisis como es el de la automoción, estar todavía en positivo me permite contar con una empresa sostenible. Mi obsesión es mantener la plantilla y espero que el mercado remonte, ya que los beneficios no están en proporción con los del año pasado.

--¿Le preocupa que otros empresarios del sector se hayan visto obligados a cerrar?

--Toda la plantilla sabe que igual que en otros tiempos se ganaba dinero y se hacían inversiones, ahora el objetivo es mantenernos y capear la crisis. Y eso se logra ofreciendo el mejor servicio al cliente.

--Y más que nunca ahora los empleados se estarán reciclando y se habrán adaptado los servicios.

--Sí. Disponemos de cinco coordinadores técnicos, que equivalen a un superespecialista en electrónica y en los modelos que tenemos. Por otro lado, no hay ningún taller en la calle que ofrezca el cambio de aceite y filtro a 29,90 euros. Entendemos que nuestros clientes se merecen que en época de crisis bajemos los márgenes y puedan seguir acudiendo a su concesionario. Gracias a haber ganado el premio de la calidad nuestras marcas nos respaldan económicamente para poder ofertar este precio. Por otro lado, tenemos firmados convenios con el 80% de las compañías aseguradoras, para que el cliente pueda reparar su coche a precios competitivos. Tenemos un comercial intentando llegar a acuerdos con la pequeña y mediana empresa para dar servicio a sus flotas de vehículos. En esta línea, tenemos acuerdos con Asaja o Covap.

--En su web incluyen un apartado de bolsa de trabajo. ¿Se reciben muchos currículums?

--Sí, de 15 a 20 todas las semanas. Son personas muy bien formadas.

--¿Ha recibido algún tipo de ayuda oficial desde que se suprimió el Plan 2000E?

--No y la verdad es que tanto el fabricante como el concesionario estamos haciendo una aportación muy grande para ofrecer descuentos similares a los existentes con la ayuda gubernamental.

--¿Hay un perfil de cliente que va a un tipo u otro de concesionario?

--No. Somos un grupo más enfocado al vehículo utilitario y por eso llegamos a una masa mayor de clientes. Los vehículos de gama alta son muy difíciles de vender. Y, sobre todo, está la dificultad de encontrar financiación para el cliente interesado.