En los tiempos que corren cuesta trabajo ver a jóvenes motivados e ilusionados ante el futuro. La sombra del paro es alargada y, aunque un premio no es una garantía, sí supone una satisfacción que no tiene precio. Las felices caras de los jóvenes creadores premiados en Joyacor ayer son un soplo de aire fresco y necesario optimismo.