Deborah lleva toda la vida gastando tiempo y dinero para lucir espléndida en el carnaval de Córdoba. "Yo misma me hago mis trajes y mis plumas porque disfruto, pero tengo una espinita clavada, que nunca me hayan dado un premio o una ayuda por esa dedicación". Lo dice sincera, dolida, y luego cambia de tema. Aprovecha para quejarse por el futuro inestable que espera a los artistas de su época. "Nos contrataban sin darnos de alta en la Seguridad Social, así que no tenemos derecho a nada". Con la crisis, tampoco hay trabajo. "Fíjate que estoy pensando presentar un proyecto para hacer mi espectáculo en los centros de mayores", explica, "mis montajes están llenos de humor y de música, ellos se lo pasarían pipa". De su vida, hace un balance positivo. "Puedo decir que he sido una persona muy feliz".