El sonido del llanto desconsolado de decenas de niños volvió a reinar ayer en las inmediaciones de las más de 200 guarderías de la provincia. Era el primer día de clase para miles de niños que, inevitablemente, convirtieron las escuelas infantiles en un mar de lágrimas.

Mientras sus hijos lloraban, los padres de las criaturas aguantaban el chaparrón con la mejor de sus sonrisas. "Estos primeros días se pasa fatal porque sabes que te tienes que ir para que se adapten, pero como te miran con esa carita de pena, se te hace un nudo en el estómago que...", explicaban ayer los padres de uno de los alumnos de El Cuco antes de cerrar la puerta de la guardería. Dentro del recinto, las cuidadoras se afanaban por consolar a los niños, entre los que el llanto se contagiaba de unos a otros. "Hoy es un día difícil para los que vienen por primera vez, así que hay que intentar entretenerlos como sea, con cuentos, con música, con juguetes...".

Algo más tarde, en la guardería Piratas, los veteranos de la 'guarde' bailaban con sus 'seños' mientras en la puerta seguían llegando padres para dejar a sus hijos. "Venga Paula, mira lo bien que se lo están pasando ahí dentro los niños, vamos cariño, ¿quieres que entre contigo y jugamos con ellos?", intentaba convencer un padre a su hija mientras la chiquilla, desconfiada, se aferraba a los brazos de su madre suplicando con los ojos que no la dejaran sola.

Momentos de tensión que no todos los llevan igual. En la guardería Los Girasoles, Javier, con menos de dos años, parecía disfrutar de su primer día de cole. "Es un niño muy sociable y muy inquieto, le encanta jugar, así que está encantado", explicaban sus padres, al tiempo que esperaban que la entrada se descongestionara para hablar con la directora del centro. De aula en aula, una de las empleadas se deshacía en carantoñas a los más llorones. "Hoy nos faltan brazos para cogerlos a todos", decía sincera, mientras llamaba la atención de dos pequeños con unos juguetes multicolor.

Por mucho que sufran los niños, los padres lo pasan casi peor. De ahí que los expertos en la materia recomienden que los niños afronten el trauma de separarse de los padres cuanto antes. Virginia Salgado Calzada, responsable de Proyectos Educativos de Nemomarlin, explica: "Lo mejor es introducir al niño en la escuela infantil lo antes posible. Hemos comprobado que cuanto más pequeño es el niño mejor se adapta. Los bebés apenas notan el cambio, siempre que sean recibidos en una atmósfera de cariño y confianza". Si ellos lo dicen...