El Bailío y Capuchinos mejoraron el año pasado su aspecto tras la intervención de Vimcorsa y Cultura, pero la actuación quedó coja. Faltaba la vistosa fachada de Los Dolores, que asumiría el Obispado. Ahora Vimcorsa repite la tarea y el Obispado inicia la suya. Pronto los dos rincones lucirán como merecen. Pero otra vez faltará algo, la fachada del convento. Estará ´casi´ todo, pero no todo. En espacios emblemáticos, las administraciones deberían buscar fórmulas de colaboración con los propietarios para actuar al unísono.