Los vecinos del Alcázar Viejo quieren que el barrio sea conocido por algo más que por sus tradicionales patios. Su asociación de vecinos ha diseñado un proyecto con el que pretende que todo San Basilio se convierta en "un gran patio abierto donde sus aceras, ventanas y balcones sean una explosión de color y aromas para el disfrute de los que paseen por él". La intención de este colectivo es que se pueda llevar a la práctica en el mes de mayo, que se mantenga en junio, y que sea un atractivo más de cara a conseguir la Capitalidad Cultural y con vistas a la visita del jurado el 3 de junio.

El proyecto de la asociación del Alcázar Viejo plantea la colocación de 260 maceteros en las puertas de las viviendas, establecimientos comerciales y hosteleros y bloques de pisos, así como en puntos concretos de las plazas. Su peculiaridad será que irán pintados de azul y con el logotipo de la Capitalidad. Este despliegue ornamental se completará con la decoración que realicen los residentes en ventanas y balcones. Para ello, y según el presidente de la asociación de vecinos del Alcázar Viejo, Javier Alvarez de Sotomayor, "se hará una campaña para que los vecinos participen".

De esta manera, las plazas Puerta Sevilla, de la Iglesia y las colindantes a la muralla, así como las calles San Basilio, Enmedio, Postrera, Martín de Roa, Terrones y San Bartolomé ofrecerán un aspecto más acorde con los patios que atesoran. El colectivo es consciente de que todo esto es posible gracias a la peatonalización que ha sufrido el barrio, a la habilitación de aparcamientos en Conde Vallellano --frente a la Puerta Sevilla--, y a la prohibición de estacionar en el interior.

La asociación ha realizado un presupuesto del proyecto, cuyo coste será de 5.699 euros. De ellos, 3.120 euros se llevan los maceteros y 1.710 la pintura azul, el transporte de los maceteros, el mantillo --abono-- y las plantas. A esas cantidades hay que añadir el IVA.

Además de la ornamentación del barrio, el colectivo vecinal persigue llevar a cabo un programa formativo sobre el mundo de las plantas y conjugar colores y aromas. En este sentido, asegura en su proyecto que pretende impartir un curso a los vecinos para orientarlos sobre las labores de plantación y cuidado de las plantas, así como recuperar olores que se están perdiendo como los del dondiego, el jazmín o la dama de noche. También piensa incentivar la participación vecinal en este proyecto premiando la maceta más bella y original. Otra idea es hacer un concurso de graffiti con elementos florales en la pared del patio de la asociación.