El encuentro de ayer de la ministra Aguilar con pastores en La Calahorra me asombró. La escena era curiosa: unos novios echándose fotos, 600 ovejas, una cabra, la ministra, un cargo del ministerio metiendo prisa a los pastores... Con tantos nervios, cuando tres periodistas rodearon a un pastor, Antonio Gómez, el ovejero cerró la entrevista por lo sano: "¡Que se me van las ovejas!". Y salió disparado.