La mayoría de los 151 trabajadores de Cajasur que el martes recibieron la comunicación en la que se recogía que habían sido designados para abandonar la empresa firmaron ayer la baja voluntaria, aunque no dudaron en cuestionar el proceso y, muchos de ellos, achacaron su desvinculación más a cuestiones subjetivas que a un procedimiento realmente objetivo. Fuentes cercanas a la entidad precisaron ayer que alrededor del 97% de los 151 empleados firmó la voluntariedad ante "lo irremediable" de la situación y para no perder los beneficios del acuerdo laboral. Estos 151 se unirán a las 428 prejubilaciones, las 75 bajas voluntarias anteriores y las 14 suspensiones de contrato. La jornada de ayer culminó una de las semanas más complicadas en Cajasur, según reiteraron ayer fuentes sindicales. Desde las 9.45 horas comenzaron a llegar trabajadores al centro de formación Santo Angel para firmar la desvinculación y la liquidación, aunque algunos no rubricaron la conformidad de la cantidad económica al indicar que "se habían observado algunos errores". En el escrito de desvinculación se recoge que la cantidad neta de la liquidación será abonada el 31 de marzo, coincidiendo con la baja definitiva en la empresa. No obstante, varios empleados aseguraron que esta liquidación puede ser negativa al descontarse una paga de equiparación de sueldos abonada en febrero.

Algunos de los trabajadores afectados no dudaron en criticar que personas que se han incorporado con posterioridad a la entidad, pero que son allegados a dirigentes políticos cordobeses, continuarán en Cajasur. Entre los que habían sido incluidos en las bajas anticipadas se encontraba un ex dirigente de Aspromonte, aunque la empresa ha tenido que dar marcha atrás al estar protegido durante este año por ser consejero de la asamblea general.