Los vecinos del barrio de Fátima podrán estrenar su nuevo centro cívico y de día para mayores este año si se cumplen las previsiones del Ayuntamiento. El alcalde, Andrés Ocaña, visitó ayer junto con el subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, el inmueble, que ocupa la mitad de las dependencias administrativas de la antigua cárcel --lo único que no se demolió en su día--, y que se están rehabilitando con los Fondos Estatales para el Empleo y la Sostenibilidad Local (Feels). Ocaña aseguró que el objetivo es "terminar la obra y usar el edificio lo antes posible". Para ello, habrá que "compaginar que el 50% del edificio esté en uso con el otro 50%", que, en cambio, mantendrá su estado de deterioro actual hasta que sea rehabilitado en una siguiente fase.

El proyecto de adaptación a centro de servicios sociales y actividades complementarias municipales, que así es como se llama, tiene un coste de 769.000 euros y es la primera fase de una actuación mucho más compleja, ya que queda ejecutar una segunda fase con equipamientos que el Ayuntamiento consensuará con los vecinos del barrio e intervenir en el solar vacío de la antigua prisión --propiedad de Instituciones Penitenciarias--, donde hay previstas viviendas libres y protegidas y zona verde, que tardarán en ejecutarse por la situación económica actual.

El centro cívico, que hay que equipar, tendrá biblioteca, espacios para talleres y reuniones y un enorme salón de actos con capacidad para 200 personas.

En la visita a las obras también estuvo presente el representante de la asociación Amanecer de Fátima, Francisco Bellido, que pidió que el solar baldío de la vieja prisión sirva de forma provisional de aparcamiento para el barrio hasta que se edifique. Bellido explicó que han dirigido esta propuesta a Instituciones Penitenciarias pero aún no han obtenido respuesta. Aunque mostró su satisfacción por la obra ejecutada, señaló que "estamos a medias", refiriéndose a las tareas pendientes. "Queremos que se acabe ya, que se equipe y que no pase como con las instalaciones de La Asomadilla, que fueron desvalijadas". Por último, recordó que la reforma de la antigua cárcel "es una reivindicación de años". Los vecinos llevan esperándola una década.