Las bibliotecas ya no son esos sitios de antaño donde sólo se iba a leer, que también. Hoy hay momentos, demandados por los actuales usos sociales, que hacen de estos espacios públicos foros pedagógicos en el más amplio e instructivo sentido de la palabra.

Así viene sucediendo durante las mañanas transcurridas de los meses de febrero y marzo, en las que todos los grupos de alumnos del Instituto de Secundaria (IES) Garci Méndez de El Carpio han desfilado por las salas de la Biblioteca Municipal Cervantes. Aquí un método participativo y lúdico, coordinado por profesores y personal bibliotecario, procura acercarles a la poesía e intenta motivar su interés por obras y autores. Los alumnos trabajan en grupo y buscan palabras perdidas descifrando pistas. Juegan con la literatura y ejercitan su intelecto, pues se pretende que los poemas imborrables, los versos eternos, actúen como instrumentos del aprendizaje de los jóvenes. ¿Qué mejor uso?

De paso, reciben además información sobre cómo se organiza, cómo funciona y qué posibilidades ofrece a los estudiantes el fondo bibliográfico y las herramientas para formarse que tienen tan al alcance de la mano. Porque los libros y los anaqueles buscan hoy su sitio abriéndose a la sociedad y, si los jóvenes quieren, hasta podría suceder que la biblioteca terminara convirtiéndose en un arma cargada de futuro.