El paso del Santísimo Cristo de la Misericordia, que procesionó el año pasado por última vez, fue diseñado en 1943 por Rafael Díaz Peno, célebre artista que realizó asimismo el palio de la titular mariana de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.

En lo que respecta al paso del Cristo de la Misericordia fue tallado en madera de pino de flandes por José Callejón Gutiérrez sobre carpintería de Osuna y dorado por Francisco Santiago Díaz. En los años 90 fue restaurado por el dorador Angel Varo, un paso que durante décadas ha sido enseña de la Semana Santa cordobesa, sobre todo por la originalidad de los faroles de los candelabros que inferían una acusada personalidad al conjunto. Por todo ello, la pieza ahora sustituida, es digna de estar en un museo cofrade.

Por el momento, la cofradía tiene previsto conservarlo de forma práctica, es decir, desmontando las piezas para posteriormente acoplarlas a la capilla donde se veneran los titulares en su sede canónica en la fernandina basílica de San Pedro.