La restauración de los restos de la muralla islámica de la Ajerquía y de la puerta del Colodro hallados en octubre del 2009 durante las obras de remodelación de la plaza llega ya a su fin. La empresa municipal Vimcorsa, que es la responsable del proyecto de conservación y puesta en valor de este importante hallazgo arqueológico, calcula que la semana próxima estará totalmente culminado. Durante esta semana, los operarios están realizando las últimas tareas en la zona.

El proyecto de reurbanización de la Puerta del Colodro, sufragado por los fondos anticrisis estatales del 2009, dejó al descubierto vestigios de la muralla, el antemuro de la barbacana y la propia puerta. La muralla de la Ajerquía y la puerta fueron demolidas a mediados del siglo XIX al llegar nuevas ideas urbanísticas de Europa.

El proyecto de urbanización del Colodro tuvo que ser modificado para amoldarse al hallazgo arqueológico. La plaza quedó lista en febrero del 2010, a falta de la integración de los restos y de la restauración y conservación de los mismos. Con motivo de las abundantes lluvias de febrero, se colocaron unas carpas para preservar los restos de la humedad. Las tareas de conservación se han demorado y a finales del año pasado aún estaban pendientes del visto bueno de la Comisión de Patrimonio.

Los redactores del proyecto de integración de los restos arqueológicos dividen el conjunto en tres partes. Por un lado, la muralla original, construida en sillería alternando sillares más largos con otros de menor longitud. Las labores arqueológicas detectaron que el tramo está alterado por intervenciones como la instalación de un transformador y que hay otro peor conservado, pero que da idea de la continuidad de la muralla. Por otro lado, está el muro de refuerzo de la muralla, añadido más tarde. Además, se ha encontrado otro muro de tapial adosado perpendiculamente al anterior y dos tramos del antemuro. También han aparecido las quicialeras de la puerta y las mochetas de la misma. Por último, durante las obras se descubrió una pieza con las huellas del paso de los carros de principios o mediados del siglo XIX. Todo se ha documentado y conservado in situ .

Tanto los muros como los revestimientos de mortero de cal se han consolidado y tratado para evitar su deterioro por factores climatológicos. Además la pieza con las huellas de los carros se ha integrado en el pavimiento nuevo. Según fuentes de Vimcorsa, el presupuesto de la intervención ha sido de 40.000 euros.