Juan Torres Piñón es uno de los grandes empresarios de España, que ha participado directamente en la construcción de grupos industriales muy importantes, y ha demostrado de nuevo su ilusión, vitalidad y eficacia, poniendo en marcha un novedoso proyecto denominado Kurata.

--¿Qué beneficios aporta este nuevo sistema de generación de energía limpia?

--No solo son para la empresa, sino de forma muy especial y sustantiva para el entorno social, que queda afectado por los desechos tratados y desaparecidos. La recuperación de residuos está en la línea principal y más positiva de nuestra labor.

--¿Quién es el artífice de esta realidad?

--Mi hijo Julio, quien, con su tesón, paciencia, capacidad negociadora e inteligencia, ha sabido persuadir a muy importantes personas sobre la posibilidad y necesidad de convertir un gran proyecto innovador en realidad. En el año 2007 decidió ir a Japón y durante los últimos 4 años ha estado en Osaka más de 40 semanas, casi un año.

--¿Por qué deciden viajar a Japón?

--Para conocer la valía del profesor Kurata y su gran equipo técnico.

--¿Quién es el profesor Kurata?

--Es catedrático de la Universidad Técnica de Osaka y un investigador de primera fila. Un profundo conocedor de la mecánica cuántica, un sabio capaz de transformar un proceso de investigación en una aplicación práctica como es esta planta. El y su equipo, de más de 20 personas, ha desarrollado la revolucionaria idea del catalizador. La han verificado, la han validado, desarrollándola y perfeccionándola, trabajando con tres plantas experimentales.

--¿Qué aporta este proyecto?

--Que hay un conjunto de gente en este país de enorme valía que nunca lo tenemos en cuenta. Estamos acostumbrados a mostrar nuestros defectos, pero no nuestro enorme potencial y creo que este es un claro ejemplo de la capacidad que tenemos.

--¿Qué cree que vendrá detrás de esto?

--Estamos abriendo un camino sin precedentes. Estoy seguro que detrás de esto vendrán otras técnicas que nos superarán, pero con este proyecto ya tenemos un camino recorrido y queda mucho por andar.

--¿Cómo califica estos cuatro años de lucha?

--Nos hemos movido entre la enorme ilusión y el cuento de la lechera, porque si esto se rompe, no hubiera valido para nada. Ya es una realidad, pero la considero minúscula en su dimensión pero enorme en su trascendencia. Es una de las cosas que he hecho de las que me siento más orgulloso, porque tiene un gran futuro, sobre todo porque la gente que estamos en esta empresa tiene la misma ilusión que yo.

--Ahora que tanto suben los carburantes, el biocarburante viene como anillo al dedo, ¿no?

--Con el tiempo sí. Esto tiene mayor repercusión desde el punto de vista de limpieza ambiental. La producción actual va a ser muy baja, pero dentro de unos años sí podemos estar pensando en la generación de varios millones de toneladas de petróleo, que eso sí será un coadyuvante importante para la industria nacional.

--¿Se puede decir que con este sistema se cierra el ciclo del olivar?

--Por supuesto. Además se mejora la economía de la agricultura. Con este sistema, aquellos productos desechados que no se sabe qué hacer con ellos los transformamos en algo útil. Esto puede llegar a competir al nivel de la fotovoltaica.

--¿Qué tipo de biocarburante generarán?

--Queroseno, gasoil y gasolina.

--Vaya pulso que le va a echar su empresa a la actual crisis económica, ¿no?

--Más que un pulso es un grito de esperanza, en el sentido de decir: "Somos capaces de salir de ella, dejemos de quejarnos de las dificultades. Superémoslas y enfrentémonos a ellas para hacer cosas que valgan la pena".

--Por último, ¿a qué contribuye esta planta de Cañete?

--A la consecución de un mundo más habitable.