Aunque se aplazan las reformas de las carreteras (por llamarlas de alguna forma) CH-2, CH-3 y CH-8, sí que habrá obras, concretamente unas para recanalizar aguas y que servirán para quitarle algo de peligrosidad a la calzada. Sin embargo, no es ni mucho menos lo que reclaman los vecinos. Piensen que en esta zona, en vías de legalización, ya viven 20.000 personas. ¿Se imaginan una localidad con esa población y con estos accesos? En Europa no.