Posadas está viviendo este fin de semana una recreación de la era morisca con su segundo Mercado Andalusí. Para ello es preciso recurrir a todo aquello que evoque a la época medieval. Así, el escenario más idóneo para asentarse no podía ser otro que el barrio de la morería, un arrabal situado a mediodía del casco antiguo de la villa, entre éste, el Guadalquivir y el barranco de Triana. Esta parte del pueblo debe su nombre al asentamiento de los primeros moriscos. Se trae a la memoria cómo era ese periodo de la historia con los trajes que viste cada persona que preside un puesto, totalmente caracterizados y en el que ofrecen como auténticos mercaderes ambulantes toda clase de productos, desde pergaminos con la etimología de los nombres hasta artesanía de cuero, cerámica o algún que otro tentempié.

Este zoco se ambienta con las distintas actividades que lo hacen aún más propio si cabe, como la danza oriental, el teatro de calle, el circo, cuentacuentos, malabares con fuego y, sobre todo, la magia. Tampoco podía faltar la exposición de cetrería. En la edad media la caza de halcones y azores disfrutó de su mayor auge y difusión. La cetrería fue un deporte, trasladando el término a la época actual, básico para la educación de todo caballero medieval. Por ello, el centro de educación medioambiental El Jardín de las Aguilas ofrece el águila real, el búho bengala o el ratonero común, entre otros.