No se podría entender la Semana Santa actual sin la activa participación de Rafael Zafra al frente de la Agrupación de Cofradías allá por los años 70. Un cofrade que aún sueña con una carrera oficial apropiada, con todas las cofradías haciendo estación de penitencia en la Catedral.

-¿Cómo empieza su andadura en las cofradías?

-Mi andadura empieza desde niño, porque mi familia materna era de la Misericordia y un tío mío paterno era de la Expiración desde que se refundó en 1943. Sobre los años 49 o 50 comienzo a salir de nazareno en la cofradía de la Borriquita.

-¿Qué añora de aquella Semana Santa?

-Mis recuerdos son muy agradables, aunque he de decir que en el año 51 mi tío me llevó a ver una madrugá en Sevilla y aquello me marcó enormemente.

- ¿Cómo llega a la hermandad de la Expiración?

-Por mi tío Paco, mi maestro cofrade, quien me abrió las puertas del mundo de las cofradías.

- Entre los logros de la Expiración está la creación de la primera cuadrilla de costaleros ¿Cómo encajó la ciudad el paso de las ruedas al costal?

-En general bien, aunque cuando en la Agrupación, por entonces presidida por Rafael Salinas, dije que íbamos a crear una cuadrilla de hermanos costaleros me dijeron que si es que había perdido la cabeza y que lo que teníamos es que poner ruedas, porque eso es lo más cómodo.

-Y luego llegó la presidencia a la Agrupación de Cofradías ¿Qué le hace dar el salto?

-Yo pertenecía a la junta de Rafael Salinas; entonces, Miguel Castillejo, que era delegado de apostolado seglar, tras una reunión en la Agrupación me dijo que quería hablar conmigo en privado. Fue cuando me dijo: Rafael, la Iglesia quiere que tú seas presidente de la Agrupación. Me quedé sorprendido, y le dije que me lo tenía que pensar y además lo tenía que consultar con mi hermandad, que es a la que yo me debía. Le expuse el caso a mi junta y me dijeron para delante, y ahí empieza todo.

-Me cuentan que Córdoba comenzó a ser cofrade cuando llegó Zafra a la Agrupación, ¿qué hay de cierto?

-Yo, de entrada, creo que lo de ser cofrade en Córdoba todavía está complicado, muy complicado. En cuanto a la pregunta, eso no es cierto, lo que sí es cierto es que yo pude poner en práctica las ideas cofrades que empezaban a florecer en algunas cofradías y tomé decisiones para que todo ello empezara a ocurrir de alguna manera olvidando el pasado.

-¿Cuáles fueron sus primeras decisiones al llegar a la Agrupación?

-La primera, quitar las mantillas, porque es mentira que eso sea una tradición cordobesa, yo he visto la Semana Santa cordobesa sin mantillas y no soy tan viejo. En los años 60 se empezaron a promocionar las mantillas en las cofradías como acompañamiento porque iba bajando el número de nazarenos. Lo segundo fue quitar a los cofrades que iban de paisano detrás de los pasos con vara, aunque no pude suprimirlo totalmente, pero obligué a que hubiera solo tres varas detrás de los pasos.

-¿Qué recuerda de aquella etapa?

-Lo muchísimo que trabajamos para poner unos pilares para que esto continuara.

-¿Ha sentido alguna vez ganas de volver a ser presidente?.

-Nunca, nunca, en cofrade lo que a mí gusta es el cirio.

-¿Qué opinión tiene de la Semana Santa actual?

-Regular, yo creo que hemos avanzado mucho en lo estético, hay mayor participación, pero a mí me preocupa mucho el exceso de protagonismo, las guerras de las cofradías, o lo que oigo hoy de las asambleas de la Agrupación. El cimiento tiene que ser sobre ideas claras de lo que son las cofradías y el cofrade.

-¿Qué le sobra y qué le falta a la Semana Santa?

-Lo primero, adquirir su propia personalidad. Luego, le falta tener una carrera oficial en condiciones. Yo creo que la bajada a la Catedral es fundamental, y además porque a Córdoba también en promoción le interesa. No podemos olvidar que como la Semana Santa de Córdoba hay muchas, con más potencial que nosotros, por lo cual tenemos que aprovechar ese monumento único que es la Mezquita Catedral. Además de esto, las cofradías tienen que reafirmar su esencia, por eso ir a la Catedral para mí me parece fundamental. Asímismo, adelantaría los horarios, y una de las cosas que le hace falta a la Semana Santa de Córdoba es la Borriquita, la cofradía de los niños, que no puede seguir estando como está, tenían que tomarse medidas de algún tipo, hay que tener en cuenta que es la escuela por donde los niños empiezan a ver cofradías.

-Su nieto Pablo ya da sus primeros pasos en el mundo de las cofradías ¿Qué echa en falta en la juventud cofrade de ahora?

-Este año voy a salir por primera vez con él haciendo estación de penitencia en la Expiración, él va a salir de librea, para mí eso me causa una ilusión muy grande, me hace recordar cuando mi padre y mi tío me llevaban a mi -me emociona decir esto-. Por ello, lo que deseo inculcar a mi nieto es que las cofradías son salir de nazareno. Podremos tener muchas bandas, muchas cuadrillas, pero si no tenemos nazarenos esto se acaba.

-¿Volvería a revivir su historia cofrade?

-Sí, eso me lo he preguntado yo muchas veces y creo que lo que me ha dejado satisfecho es que he sido coherente.