Uno de los acusados por el asalto al bar Las Tres Culturas, en el que murió de un tiro un cliente y otro resultó herido, negó ayer en el juicio que estuviera allí cuando ocurrieron los hechos --la madrugada del 22 de marzo del 2009--, mientras que el otro procesado sostuvo que fue a robar obligado por el primero, al que señaló como autor de los disparos.

A.G.R., de 22 años, declaró que "nunca" había estado en el bar Las Tres Culturas y mucho menos el día de los hechos, a pesar de que en el local se recogió una huella dactilar suya. "Nunca me he puesto de acuerdo con nadie para un delito de esas dimensiones", aseguró. Es más, si el otro acusado lo implica, es "porque le debía 60.000 euros" de dos kilos de cocaína y "desde entonces ha venido a por mí", explicó.

Sin embargo, F.J.V.P, también de 22 años, ofreció otra versión. Era él quien tenía una deuda con un amigo de A.G.R. y este "me obligó" a robar en el bar para saldarla. "Ante el miedo de que le hiciera daño a mi familia si no participaba acepté", alegó en el juicio. Pero no sabía que el otro acusado llevaría una pistola. "Al ver el arma le dije que no entraba, pero me respondió ´qué quieres que la cargue y te dispare a ti", por lo que decidió actuar "por miedo".

F.J.V.P admitió que esperaban encontrarse menos clientes en el bar, pero había una decena de personas que enseguida se les enfrentaron. A.G.R. disparó al techo al tiempo que decía "todos al suelo, esto es un atraco", pero la resistencia de los clientes provocó forcejeos. "El se puso a disparar y yo me quedé bloqueado", aseguró F.J.V.P., que portaba un cuchillo de grandes dimensiones "solo para intimidar" y se limitó a defenderse cuando se le abalanzaron, "sin usarlo para hacer daño a nadie".

ENMASCARADOS Los testigos narraron que al bar entraron dos personas con la cara oculta con pañuelos, que uno portaba una pistola --casi todos coincidieron en que este llevaba la voz cantante-- y otro un cuchillo. Los clientes se defendieron con taburetes y forcejearon con ellos, pero uno de los asaltantes disparó a un cliente en un brazo y le dio un tiro en el pecho a la víctima mortal.

Los forenses explicaron que esta falleció por una hemorragia interna provocada por herida de bala. El proyectil lesionó un pulmón y el corazón, quedando alojado en la columna vertebral. La distancia del tiro fue superior a 50 centímetros.

El ministerio fiscal pide para cada uno de los dos acusados penas que suman 28 años y seis meses de cárcel: 15 años por homicidio consumado; 9 por homicidio en grado de tentativa; 3 por robo con violencia e intimidación, y uno y medio por tenencia ilícita de armas. La incomparecencia de un testigo obligó a suspender el juicio hasta hoy.