Los dos acusados de matar de un tiro a un cliente del bar Las Tres Culturas y disparar a otro cuando las víctimas se enfrentaron con ellos para frustrar un atraco se sentarán mañana en el banquillo en la Audiencia Provincial. El ministerio fiscal pide por estos hechos penas que suman 57 años de prisión. A los dos procesados, A.G.R. y F.J.V.P., ambos de 21 años cuando sucedieron los hechos, se les acusa de un delito de homicidio consumado, otro en grado de tentativa, uno más de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa y un cuarto de tenencia ilícita de armas, además de una falta de lesiones, por lo que se enfrentan cada uno de ellos a penas de 28 años y seis meses.

Según el escrito del ministerio fiscal, sobre las 2.30 horas del 22 de marzo del 2009, los procesados, "de común acuerdo, en acción conjunta y con ánimo de hacerse con la recaudación", entraron en el bar Las Tres Culturas, en la calle Mengíbar, con los rostros cubiertos con pañuelos, portando A.G.R. un arma de fuego y F.J.V.P. un cuchillo de grandes dimensiones, de unos 20 centímetros de hoja.

Una vez dentro del bar, A.G.R. disparó al techo y gritó "todos al suelo, esto es un atraco". Inmediatamente, uno de los clientes del bar se enfrentó a F.J.V.P., que le propinó un golpe en la cara que lo hizo caer al suelo, causándole diversas lesiones. A continuación, otro de los clientes se enfrentó a A.G.R., quien le disparó al pecho causándole la muerte. Un tercer cliente hizo frente entonces a F.J.V.P., quien lo cogió del pecho y lo tiró al suelo, dándole una patada en la boca. El cliente se levantó del suelo y cogió un taburete para defenderse, momento en el que A.G.R. le disparó con ánimo de causarle la muerte", aunque la víctima solo resultó herida.

Los procesados huyeron a continuación sin llevarse nada, quemaron las ropas que llevaban puestas y tiraron el arma de fuego en un paraje conocido como el Lago Azul, en el entorno de las antiguas canteras de Asland. El arma era una pistola semiautomática que había sido modificada al sustituir el cañón original por otro estriado.

Unas tres semanas después de los hechos, la Policía Nacional los detuvo. La Comisaría informó en esas fechas de que A.G.R. ya había sido detenido anteriormente en 25 ocasiones por robos con fuerza, con violencia y diversas reclamaciones judiciales. A F.J.V.P le constaban otras diez detenciones por los mismos motivos, además de por la sustracción de vehículos.