Al contemplar la procesión de la Virgen del Tránsito en el barrio de San Basilio parece como si de repente fuésemos extras de una película de nuestro cine español más tradicional. Las calles, las casas encaladas, el pasacalles previo de la banda, los vecinos en las puertas, los vendedores ambulantes de higos chumbos dan a la procesión un auténtico sabor a pueblo casi comparable con el ambiente que se respira en cualquiera de los pueblos de la provincia en el día de su patrona. Un ambiente que sin duda nos retrotrae a la devoción más auténtica.