La Dirección General de Instituciones Penitenciarias puso ayer en libertad en la prisión provincial de Córdoba a Tomás Insausti Etxarri, que ha cumplido las tres cuartas partes de una condena de once años y medio que le impuso la Audiencia Nacional por pertenencia a banda armada y por daños con fines terroristas. Fuentes del centro penitenciario cordobés aseguraron a este diario que el interno abandonó la cárcel sobre las 7.00 horas.

Insausti fue detenido el 19 de febrero del 2003 junto a otros 13 jóvenes en el País Vasco y Navarra después de hacerle un seguimiento a varios concejales y a un subinspector del Cuerpo Nacional de Policía. La operación, en la que intervinieron más de un centenar de efectivos policiales, fue dirigida por el juez Baltasar Garzón, quien cuatro días después decretó su ingreso en prisión incondicional.

Insausti fue condenado en noviembre del 2006 por la sección cuarta de la Audiencia Nacional a once años y medio de prisión por un delito de colaboración con banda armada y por daños con fines terroristas, derivados del lanzamiento en el 2000 y el 2001 de sendos artefactos explosivos contra cajeros automáticos en Pamplona.

En el momento de su arresto, que se efectuó en su domicilio de Pamplona, Insausti, que tenía 25 años de edad, había recibido la orden de centrarse en la vigilancia de concejales y policías, lo que implicaba que debía abandonar toda actividad política, la asistencia a manifestaciones del entorno abertzale y su participación en acciones de kale borroka (violencia callejera), según el Ministerio del Interior.

Tomás Insausti rechazó durante el juicio las acusaciones que pesaban sobre él y aseguró que "jamás" había facilitado información a ETA sobre un concejal de Lizaso (Navarra), como sostuvo el fiscal, ni sobre policías y otros ediles. "Es absolutamente falso" que hubiese realizado tareas de vigilancia para ETA, subrayó en la sala.

CAJEROS También aseguró que "no tuvo nada que ver" en la colocación de dos artilugios incendiarios contra cajeros automáticos de oficinas bancarias de Pamplona el 15 de agosto del 2000 y el 7 de julio del 2001, como le acusó el representante del ministerio público. Según declaró en la vista oral, cuando estos dos hechos tuvieron lugar él se encontraba en las fiestas de San Fermín y en las de un pueblo navarro, respectivamente.

En la sentencia se refleja que los catorce jóvenes fueron captados por Ibón Fernández Iradi, alias Susper --jefe de los comandos etarras detenido en Francia en dicienbre del 2002 y entregado a España en junio de este año-- para reconstruir células terroristas.