La bajada de temperaturas no ha ayudado a que las calles del centro de Córdoba tengan el movimiento que normalmente tienen en los fines de semana. El motivo no es otro que el puente de la Asunción, que ha animado a muchos de los cordobeses a salir de la ciudad en busca de un cambio de aires.

Los comerciantes, perennes en sus locales un día tras otro, mientras los vecinos y visitantes pululan por las calles, son los que mejor pueden hacer un balance del cambio. La dependienta de la heladería David Rico asegura que "se nota que el lunes es fiesta y la gente se ha ido a la playa, porque por la calle hay menos personas". En cambio, unos pasos más adelante, en la cafetería Oh la lá, su encargado trabaja al mismo ritmo de siempre. "Hemos servido los mismos desayunos, pero casi todos los clientes son de fuera de Córdoba", explicó.

La disminución de vecinos de la capital y de los pueblos de la provincia se dejaba notar sobre todo en las tiendas de ropa. La dependienta de Pull&Bear no solo tenía menos trabajo, sino que este le llegaba más tarde. "Normalmente los clientes empiezan a llegar a las 10.00, pero hoy hasta las 11.30 no han llegado los pocos que han venido", dijo mientras atendía a la única persona de la cola.

De viaje se ha ido todo el mundo, incluso los fieles lectores de prensa. La quiosquera de la calle Concepción, Francisca Gálvez, estaba ayer "mucho más tranquila que cualquier sábado, en los que no doy abasto vendiendo periódicos".

El único sitio en el que había más movimiento de lo normal era en la estación de autobuses, donde muchos de los cordobeses esperaban para marcharse de la ciudad.