El presidente de la Asociación de Amigos de los Hermanos de la Cruz Blanca, Miguel Angel Caracuel, aseguró ayer que "confiamos plenamente en la Justicia y en los hermanos", recordó que "es un derecho constitucional la presunción de inocencia" y se mostró esperanzado en que el juicio se celebre con rapidez para aclarar los hechos que se imputan. Caracuel, que reconoció que en la asociación "los sentimientos están muy tocados", recalcó no obstante que "se trata de un auto y no de una sentencia", en referencia a las imputaciones realizadas a dos religiosos.

El presidente, que también insistió en que la asociación es independiente de la congregación y que sus fines --tiene 400 asociados-- son la colaboración tanto personal como económica con los asistidos por los hermanos, aseguró que "seguiremos trabajando en la misma línea y ahora con más empeño para que los internos no se sientan aislados ni perjudicados. Ahora haremos un esfuerzo especial", remarcó. Y en cuanto a las denuncias que han dado lugar a la investigación, Caracuel las situó en el "odio y rencor", sumándose a la tesis que sostienen varios trabajadores de que ha partido de un empleado que mantenía enemistad con los imputados. Uno de estos trabajadores señaló ayer a las puertas del centro que "aquí se trabaja 24 horas al día y no se ha visto nada extraño. De lo que se está hablando es de venganza".

EL HERMANO, "HUNDIDO" Personas cercanas al hermano Manolo señalaron ayer que se encuentra "hundido", aunque "confía en que la Justicia lo aclare todo".

El alcalde, Andrés Ocaña, que deseó que se acoten las responsabilidades en este asunto, mostró ayer su apoyo a la Cruz Blanca porque "cumple una labor social de primera magnitud" y pidió que no se hagan juicios paralelos.