Bodegas Campos se convirtió ayer en una especie de pasarela parisina, pero marcada por un lenguaje común, el legislativo. Elegantes ante todo, aunque ellos vestidos con el riguroso traje, que difería por la variedad cromática del gris y del negro. Y, ellas, sin embargo, aportando color y brillo con trajes pantalón o falda y vestidos. De hecho, una letrada se tomó muy a pecho lo del estilismo y se puso para la ocasión unos zapatos comprados en "la quinta Avenida de Nueva York". Desde luego, estilo no sé, pero brillantes eran un rato.

La comida de hermandad del Colegio de Abogados de Córdoba congregó a unas 230 personas entre las se mezclaron letrados, jueces, procuradores, políticos y notarios. "Estamos condenados a relacionarnos", sentenció, muy en su papel, el juez decano de Córdoba, Luis Rabasa, que no dudó en admitir que "los jueces españoles son de los mejores de Europa". (Sin abuela y con un gran momento piropo a su colectivo).

Un almuerzo que tenía el objetivo de honrar a sus patronos, la Inmaculada Concepción y San Rafael Arcángel, reconocer la colegiación durante 50 años a los abogados José Beltrán y Manuel Porras, y compartir un buen rato con los compañeros "en un entorno diferente al que nos vemos normalmente", comentó Antonio Pedregosa, tesorero del Colegio de Abogados.

No se perdieron la cita políticos como el delegado de Desarrollo Económico de la Diputación de Córdoba, Esteban Morales, y la delegada de provincial de Justicia en Córdoba, Mercedes Mayo, quien recordó orgullosa que "llevo más de 30 años colegiada. Es un día para compartir con mis compañeros".

Aunque algunos abogados seguro que compartirían con Mayo las mensualidades de su hipoteca, porque todavía están pendientes de liquidar los pagos por la asistencia al detenido y el tercer trimestre del 2009 del turno de oficio. "Aunque tenemos expectativas de que se liquidará antes de Navidad, con los recortes de prensa no se paga a los compañeros", explicó el decano del Colegio de Abogados de Córdoba, José Rebollo.

A estos acompañaron, entre otros, en la mesa de la presidencia, Rafael Foche, jefe de la Policía Local; José Antonio de la Rosa, comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía; Eduardo Baena, presidente de la Audiencia Provincial; José Antonio Martín-Caro, fiscal jefe, y María del Sol Capdevilla, decana del Colegio de Procuradores, quien junto con Mayo eran las representantes femeninas en la mesa.

"Los veo como autoridades, aunque es cierto que muchos cargos los representan hombres", dijo Capdevilla, quien se sentía "cómoda, porque no soy una invitada sino una amiga".

Los demás también parecían confortables en un ambiente de compadreo y con ganas de llenar el buche, porque las bandejas de entremeses se acabaron en un abrir y cerrar de ojos.