Cientos de fieles acudieron ayer a la parroquia de San Nicolás para asistir a la solemne y sencilla ceremonia en la que el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, y el administrador apostólico de la diócesis, monseñor Juan José Asenjo, bendijeron una reliquia de san Josemaría, fundador de la Obra, que, en su primer viaje a Córdoba, en 1938, rezó en este templo, algo que recordó Asenjo durante el multidudinario acto, en el que también agradeció la labor del Opus Dei en Córdoba "en continuidad con el espíritu del fundador", señalando que su mensaje "ha calado en el corazón de los andaluces" con iniciativas en centros educativos, de promoción de la mujer, de la población rural y de la juventud. Asenjo añadió que confía en que los cristianos hagan "la revolución silenciosa de la santidad y del amor", y agradeció la amistad, la sintonía, la alegría y la plegaria por su persona que percibe y siente en tantos fieles de la diócesis que se forman al calor del Opus Dei.

Por su parte, Echevarría destacó la labor pastoral de monseñor Asenjo, a quien agradeció calurosamente la invitación recibida para presidir conjuntamente este acto. El prelado pidió oraciones por el Papa, por el obispo y por su persona, y explicó que la vida de los cristianos ha de ser también "palabra de Dios que ayude y anime a los demás". En su homilía, instó a los fieles también a orar por los enfermos y reiteró su agradecimiento "de corazón" a Asenjo, al párroco de San Nicolás, Antonio Evans, a los artistas autores del retablo, al Orfeón de Cajasur y a los fieles de la diócesis de Córdoba presentes.

Esta reliquia está situada en una capilla lateral del templo, en un sencillo retablo obra del tallista Carrera, y está compuesto por el relicario, una pieza de plata del orfebre cordobés Damián de Castro con la pieza del fundador del Opus Dei; un óleo de san Josemaría en actitud orante del pintor Ignacio Valdés y una leyenda explicativa de la relación del santo con la ciudad de Córdoba.