Entre las múltiples visiones que la exposición de las Angustias nos ha dejado, sin duda una de ellas ha sido el redescubrimiento del insigne imaginero Juan de Mesa. Un artista al que Córdoba tardó casi cuatro siglos en reconocer su grandeza. Reconocimiento que le llegó gracias a las cofradías cordobesas, quienes a través de su agrupación, presidida por Francisco Alcalde, movió este justo homenaje, que quedó materializado el 2 de abril del 2004 en el bronce y mármol surgido de la mano de José Manuel Belmonte. Quizá ahora, y con vistas a la capitalidad cultural, el nombre de Juan de Mesa ya debía estar plasmado en algún proyecto expositivo donde Córdoba pudiera contemplar la obra del insigne imaginero.