Así las cosas, la fusión sigue en peligro. El secretario general del PSOE cordobés, Juan Pablo Durán, señala en un comunicado que la reforma de la Ley de Cajas respeta y permite que se plasmen los acuerdos de fusión, en la misma línea que la consejera, pero da un paso más al señalar que la alternativa sería "quedarnos sin caja", en clara alusión a una intervención por el Banco de España.

Larga jornada

La jornada transcurre a base de conversaciones y tensión. Fuentes cercanas al proceso señalan el esfuerzo mediador del vicepresidente primero, Salvador Blanco, que ocupa este cargo en representación de la Diputación. Blanco, entre Gómez y Medel, busca soluciones. Al final, el presidente de Unicaja envía una carta al de Cajasur en la que se compromete a que, ante futuras fusiones, se mantendrá en los órganos de gobierno la proporcionalidad acordada ahora entre las entidades fundadoras. Al final, Santiago Gómez no lleva a su consejo una propuesta de ruptura, sino que explica su posición y termina manteniendo el proyecto por "responsabilidad" hacia los empleados de la entidad y hacia Córdoba.

Es, según algunos presentes, una reunión dura, aunque desarrollada en términos correctos, y al final no se votó, sino que tácitamente se mantuvo el proyecto de fusión. La postura del Cabildo la defienden tanto Santiago Gómez como otro de los canónigos, Alfredo Montes. Este último llega a interpretar lo ocurrido como si de una "desamortización" se tratara. Desde los grupos que representan a las corporaciones locales, Diputación y Parlamento de Andalucía, en los que están los representantes políticos, se aboga por el proyecto de fusión. Así lo hicieron los socialistas Salvador Blanco y Juan Pablo Durán, al igual que Juan Ojeda, vicepresidente tercero y representante del PP. Solo el representante de IU por la Diputación, Andrés Hens discrepa de estas posiciones. Días después, al ser preguntado Juan Pablo Durán por esa sorpresa , se limitó a señalar que el vocal de IU votó en su momento a favor de la fusión, al igual que PSOE y PP.

Un comunicado del presidente, Santiago Gómez, ratifica a las 23,30 del martes lo ocurrido y señala que seguiría adelante con "lealtad", aunque no oculta su "profunda decepción" con la regulación legal arbitrada por la Junta de Andalucía.

Al día siguiente, la resaca de los acontecimientos vividos se transforma en un manto de tranquilidad. En la caja se hace un esfuerzo por regresar a la normalidad, y los equipos técnicos de Cajasur y de Unicaja retoman un trabajo que había quedado suspendido. Hay mucho que preparar (proyecciones económicas, financieras, laborales, de negocio) y muchos pasos que dar para que antes de que termine el año los consejos de administración den vía libre al proyecto de fusión.

Sin embargo, continúa la pugna política PSOE-PP y los llamamientos de IU para que la reforma legal deje un espacio que les permita estar en los órganos de gobierno de las cajas. La pugna revistió un carácter extremo el viernes, cuando Durán reprochó al presidente del PP, José Antonio Nieto, que pusiera trabas a la fusión cuando él formó parte del consejo de administración que tomó las decisiones de riesgo inmobiliario que al final han puesto en apuros a Cajasur y que motivaron una sanción del Banco de España e inhabilitación de ese consejo. Nieto respondió cuestionando la "catadura moral" de Durán y diciendo que cuando existía aquél consejo sin socialistas "la entidad crecía y daba beneficios".

Los trabajadores

Por su parte, el sindicato Aspromonte, que representa al 71% de los trabajadores de Cajasur, agota su paciencia y prepara la lectura de un manifiesto en el que quizá retire el voto favorable a la fusión que otorgó su vocal en el consejo, pero condicionándolo a los acuerdos laborales. No es que vaya mal la negociación, sino que no existe, y el presidente de Aspromonte, Nacho Torres, lleva desde agosto reclamando que se constituya la mesa y se abran conversaciones, dado que es más que probable que esta fusión lleve consigo reducciones de plantilla que se han prometido no traumáticas desde las cajas. Entre Cajasur, Unicaja y Caja de Jaén suman más de 9.000 empleados.