La provincia de Córdoba vivió ayer su cuarta jornada consecutiva de alerta naranja por altas temperaturas, fruto de la ola de calor que azota la península y que ayer elevó los termómetros hasta los 39,8 grados de máxima, si bien la mínima registró un descenso de más de cinco grados respecto al día anterior (de 23,6 a 18,2 grados a las 7.35 horas). Cabe recordar que se trata de las marcas recogidas en el Observatorio Meteorológico situado en el aeropuerto de Córdoba, donde suele haber de cuatro a cinco grados menos que en el centro urbano. Para hoy, la previsión de la AEMET es que Córdoba alcance los 40 grados de máxima y los 21 de mínima.

Salud decretó ayer la alerta sanitaria amarilla en Sevilla, donde la Agencia Española de Meteorología prevé que se superen entre ayer y hoy las temperaturas umbrales máximas y mínimas de la provincia. Según fuentes de la Consejería, los máximos y mínimos históricos que sirven de referencia en Córdoba son 41 y 22 grados, por lo que antes de activar una alerta sanitaria por parte de Salud, la previsión meteorológica debe advertir del riesgo de superar ambos umbrales, algo que no se ha producido en lo que va de verano. La ola de calor mantiene todavía en alerta a una veintena de provincias del centro, mitad sur peninsular y Canarias, entre ellas, Granada, Jaén, Huelva y Las Palmas que comparten el nivel de alerta naranja con Córdoba y Sevilla.

MEDIDAS PREVENTIVAS Ante el aumento de las temperaturas, que se prevé empiecen a bajar ligeramente a partir del jueves, la Consejería de Salud recomienda a la población seguir sencillas medidas preventivas de hidratación y alimentación como beber agua aunque no se tenga sed, no realizar ejercicio físico ni exponerse al sol en las horas centrales del día, especialmente, en los grupos de riesgo: ancianos, niños y enfermos crónicos. En la misma línea, es importante elegir bien la ropa y optar por tejidos frescos y ropa suelta, no abusar del aire acondicionado para evitar los cambios bruscos de temperatura, mantener los hogares siempre frescos y ducharnos o refrescarnos varias veces al día. Todo, con tal de evitar que se produzcan nuevos casos de golpe de calor como el que acabó ayer con la vida de un hombre de 46 años en Jaén (más información, en la página 55).