Las peleas eran tan frecuentes en el domicilio familiar que los vecinos no se sorprendieron en exceso al conocer la noticia del crimen, según declararon varios de ellos a este periódico tras ocurrir los hechos. Unas horas antes, cuando los gritos de la pelea los alertaron, varias personas habían lograron acorralar al presunto agresor atrancando la puerta de la casa para evitar su huida. Cuando llegó la Policía Nacional, los agentes calmaron los ánimos de los vecinos y detuvieron al ahora acusado, que no opuso resistencia, según las informaciones facilitadas aquel día.

El detenido fue trasladado a los calabozos de la comisaría de Campo Madre de Dios, pasando a disposición judicial al día siguiente. El juez de guardia ordenó su ingreso en prisión, donde se encuentra desde aquel 25 de agosto del 2008. Ante el juez declaró que "no era él mismo" en el momento en el que atacó a su hermano a causa de "años de exceso con el alcohol y las drogas", según dijo su abogado.