Unos trescientos enfermeros cordobesas se concentraron ayer en el hospital Reina Sofía y en diversos centros de salud y hospitales comarcales de la provincia para "reprochar a las administraciones sanitarias el trato dado a la profesión enfermera ante los hechos sucedidos en el hospital Gregorio Marañón", que tuvieron como resultado la muerte de un bebé. Durante las protestas, que en toda España reunieron a unos 50.000 profesionales, los responsables de Sindicato de Enfermería Satse leyeron un manifiesto en el que trasladaron sus condolencias a la familia de Rayan y el apoyo a la compañera, que según las últimas noticias permanece ingresada en un centro psiquiátrico. En dicho escrito los enfermeros sostienen que son "muy conscientes de los momentos por los que atraviesa esta familia, ya que a diario convivimos con el sufrimiento y dolor de los enfermos y sus familias que, en la medida de nuestras posibilidades, intentamos mitigar". El manifiesto continúa criticando al gerente del Gregorio Marañón quien "inmediatamente, acusó directamente al personal de enfermería calificando estos hechos como un terrorífico error profesional del personal de enfermería y una gravísima negligencia" y denuncian "la situación precaria en la que trabajan los profesionales de enfermería, que obliga a trabajar con plantillas deficitarias, sin que se sustituyan gran parte de las bajas ni los permisos, con gran sobrecarga de trabajo y obligándonos, incluso en un mismo turno, a realizar nuestro trabajo en distintos servicios o unidades".

El sindicato criticó duramente la actitud de la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, "por no haber salido en defensa de la profesión" .