No solo el Ayuntamiento tiene depositada su esperanza en Mallorca. Vecinos de los patios que aspiran a ser patrimonio intangible de la humanidad, y que hoy se someten a un importante examen ante la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico, acogen con entusiasmo esa posibilidad, sobre todo porque confían en que les beneficie de alguna manera y les aporte esa ayuda que tanta falta les hace y que no dudan en reclamar en todo momento. Una de estas vecinas, Carmen Alvarez, de Marroquíes, 6, piensa que "es una forma de protegerlos y vendrá bien para mantenerlos".

Por su parte, los hosteleros de los barrios con patios confían en que la declaración traiga más visitantes que reporten beneficios al sector, pero no solo en mayo, sino durante todo el año, lo que aumentaría las pernoctaciones y repercutiría en los establecimientos de todos los barrios con patios, ya que "los turistas se quedarían más días y recorrerían Córdoba", según destaca, Alberto Rosales, del restaurante Puerta Sevilla, en San Basilio. Rosales afirma que la declaración "puede ser un pelotazo", e incluso, "un salto de los mayores que podría dar Córdoba".

Los representantes de las dos asociaciones ligadas a esta fiesta, Leonor Camorra, de Claveles y Gitanillas, y Miguel Angel Roldán, de Amigos de los Patios, también están entusiasmados con la posibilidad de que Córdoba salga hoy airosa de su cita en Mallorca. Camorra lo compara con el fútbol, "es como si el Córdoba subiera a Primera, vendría más gente". Eso sí, considera que habría que regular la afluencia de público que cada mayo desborda estos recintos. Y, pase lo que pase, no "permitir que esta tradición se pierda". Por su parte, Miguel Angel Roldán, al igual que el resto, está convencido de las "grandes posibilidades" de Córdoba porque los patios "son ya conocidos mundialmente". A su juicio, si todo sale bien, "será un boom", aunque habría que "mejorar la arquitectura antigua, que es lo genuino, lo que representa la vida pasada". El paso de hoy es decisivo pero no el definitivo, ya que, si se supera, queda lo fundamental, que la Unesco conceda la declaración y eso tarda más de un año.