El mundo de la cocina española, sin dejar de reivindicar los sabores de toda la vida y los productos de la tierra, está alcanzando unas cotas de glamour y sofisticación que en nada tienen que envidiar a la cuisine francaise. . Prueba de ello fue la tercera semifinal del concurso de mejor cocinero novel del año Andalucía Sabor que tuvo lugar ayer en Córdoba y donde resultó ganador el jefe de cocina del AC Palacio, Juan José Ruiz, que, a sus 23 años, impresionó al jurado técnico durante el proceso de elaboración y deleitó el gusto a los encargados de saborear y escudriñar el plato preparado para la ocasión, un pargo en dos cocciones con puré de peras al Pedro Ximénez, migas dulces, caviar de pimientos y aire de nuestro "oro líquido andaluz" que quitaba el sentío .

Momentos antes del fallo del jurado, la cocina de la Escuela de Hostelería servía de escenario para la performance de los cinco participantes, acompañados por un ayudante, a los que no quitaban ojo Javier Castro, propietario del restaurante El Alma, Antonio Requena, chef jefe de El Caballo Rojo, Francisco López, jefe de cocina de la Cuchara de San Lorenzo, y Celia Jiménez, jefa de cocina en Bodegas Campos. Con una larga lista de ingredientes, los concursantes, entre los que se encontraba solo una mujer, Natalia González, de la taberna cordobesa Ziryab, debían preparar el plato más exquisito posible teniendo en cuenta una sola condición: incluir al menos un ingrediente de cuatro obligatorios, pluma ibérica, Pedro Ximénez, aceite de oliva y un mix de pimientos.

Mientras los cocineros noveles sudaban la gota gorda en la cocina y el jurado afilaba el paladar para no perder detalle, Bodegas Campos se transformaba en punto de encuentro y laboratorio de ideas a una serie de expertos en cocina que ofrecieron su visión sobre temas tan variados como La cocina tradicional y la dieta mediterránea (Fernando Rueda, escritor y crítico gastronómico), La cocina del aceite de oliva (Angel León, del restaurante Aponiente del Puerto de Santa María), Innovaciones gastronómicas aplicadas a la tapa (Willy Moya, del restaurante Poncio Cartuja y Lucca en Sevilla), La cocina contemporánea de Alvear (Kisco García, del restaurante Choco) o El jabugo de autor (por Dani García, del restaurante Calima de Marbella). El despliegue de aromas, texturas, sabores y colores se combinó a la perfección con el desarrollo didáctico de sus recetas. Y es que, hoy en día, no basta con que un cocinero sepa cocinar para que su trabajo trascienda. Durante el concurso de ayer, quedó claro que el éxito de un chef depende también de sus dotes para la oratoria y, muy mucho, del atractivo personal que posea, ya sea para hacer reír al público o para seducirlo con su voz.

Tras la lectura del fallo del jurado y el aplauso a todos los participantes, todos los presentes pudieron degustar algunos de los productos de la tierra que, como patrocinadores, hicieron posible esta cita en Córdoba. Por cierto, la final será en septiembre.