Dos agentes de la Policía Nacional se enfrentan a cuatro años de prisión y a diez de inhabilitación como presuntos autores cada uno de ellos de un delito de detención ilegal y otro de lesiones, cargos que ayer mantuvo la Fiscalía en el transcurso del juicio oral seguido contra los acusados, para los que la defensa pide la absolución invocando la presunción de inocencia de ambos.

Los hechos juzgados se remontan a la madrugada del 26 de noviembre del 2007 cuando esta patrulla policial dio el alto a un coche que circulaba por El Granadal y en el que viajaban dos mujeres. Según el testimonio de los agentes, el vehículo iba haciendo eses , en conducción temeraria. La conductora, tras identificarse con el DNI, huyó del lugar dejando a su amiga con los policías. La dueña del vehículo no compareció en el juicio.

A partir de aquí, policías y la denunciante tienen versiones distintas de lo que pasó después. Los agentes mantienen que persiguieron el coche de la huida sin avisar a otras patrullas. Aseguraron que la otra mujer (denunciante) jamás se montó en el coche policial y que tras desistir de la persecución fueron hasta la Comisaría de Campo Madre de Dios porque uno de ellos necesitaba ir al baño.

Por el contrario, la denunciante afirmó que fue conducida hasta esa misma Comisaría, en la que permaneció unos cuatro minutos en uno de sus patios, que la volvieron a montar en el coche patrulla y que la llevaron, en contra de su voluntad, hasta el pantano del Guadalmellato o de Navallana, donde la dejaron.

El fiscal mantuvo la acusación contra los agentes por "los indicios y las contradicciones" que se han dado en este caso. Por el contrario, la defensa mantuvo que una acusación no deben mantenerse en base a indicios, ya que la carga de la prueba corresponde a quien acusa. Añadió que la denuncia obedece a un intento de la mujer de evitar una discusión con su marido "tras una noche de parranda".